Dentro del trabajo de actor va implícito el tener que preparar cada papel de una manera específica, en ocasiones hemos visto a los protagonistas de acción someterse a intensos entrenamientos físicos y de arte marciales. Si ellos lo hacen, ¿cómo no iba a ser igual para los que interpretan en una película de conducción? Aaron Paul, a.k.a Jessie Pinkman en Breaking Bad, tuvo que pasar unas cuantas horas al volante, bajo la atenta mirada del ‘stunt driver’ Rick Seaman para aprender a derrapar, hacer giros de 180 grados y demás trucos. Lo cierto es que no se le da nada mal.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.