La nueva generación del Ford Fiesta optó por desdoblar su personalidad en cuatro variantes bien diferenciadas, siendo una de ellas la deportiva ST-Line, que supone ya una de cada cuatro unidades comercializadas del modelo. Ahora la marca estadounidense busca dar más opciones a sus clientes y, sobre ella, lanza las series especiales Red Edition y Black Edition.
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Su nombre no podía ser más clarificador, y es que ambas hacen uso de los colores rojo y negro, que combinan cada una de manera específica. En la Red Edition el rojo es el tono principal, cortado en el techo, el capó y la zaga por dos líneas negras, mientras que en la Black Edition es el negro el que inunda la carrocería, con el rojo únicamente perfilando las mencionadas franjas.
Además, ambas variantes tienen en común elementos como los retrovisores, cuya carcasa es negra con una fina línea roja en el medio, las llantas Panther de 17 pulgadas, en tono negro y con todo el perfil rojo, y un llamativo alerón. El habitáculo es idéntico en las dos series, con el negro predominando, tapicería de cuero y el rojo como elemento de contraste en las costuras y algunas molduras del salpicadero y las puertas.
Su equipamiento de serie incluye faros halógenos con encendido automático, luces diurnas LED y traseras LED, antinieblas delanteros, ayuda de mantenimiento de carril, asistente de arranque en pendiente, limitador de velocidad y sistema de infoentretenimiento SYNC3.
Ambas ediciones del Fiesta solo pueden combinarse con el motor 1.0 EcoBoost de 140 CV de potencia, asociado con una caja de cambios manual de seis marchas con la que homologa un consumo de 4,9 l/100 km y unas emisiones de CO2 de 112 g/km.
Los Ford Fiesta ST-Line Red Edition y Black Edition ya están disponibles y los pedidos arrancan en 21.195 euros.
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