Suena raro, pero así es: el último prototipo de KIA, denominado Telluride, cuenta con luces terapéuticas que sirven para curar, entre otras cosas, el jetlag. Te contamos como lo hace. Cada uno de los asientos de los pasajeros del SUV, que parecen sillones de masaje, cuenta con sensores que monitorizan las constantes vitales del usuario y, en función de los datos recogidos, mandan información a los LED del techo (Light Emitted Rejuvenation system) para formar distintos patrones que mejoren su estado.
Es prácticamente imposible que veamos dicha tecnología en un coche de calle y tiene que ser cara de verdad, pero cumple su cometido para que nos fijemos en un prototipo que, por otra parte, tiene visos de llegar a producción.
El Telluride es un “estudio de diseño”, pero también un banco de pruebas para que KIA compruebe si hay interés en un posible todocamino premium de siete plazas. Aunque éste tenga cuatro solo, por dimensiones (cinco metros de largo) y espacio interior (se ha creado sobre la base modificada de un Sorento), en la versión de serie cabrían de sobra las siete.
De la misma manera, otro detalle que nos gusta, como las puertas de apertura suicida, se perderían por el camino. Y es una pena, porque en el prototipo tanto las delanteras como las traseras se abren 90º, permitiendo acceder de manera cómoda al habitáculo, algo que nos decepcionó un poco en la tercera fila de asientos del Sorento.
En cuanto a motor, emplea un sistema híbrido con un V6 de 270 CV ayudado por un motor eléctrico de 130 para entregar 400 CV finales.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.