¡Ha vuelto! ¡Por fin! Tras sus escarceos en el cine como coche de Robert Downey Jr. en la piel de Tony Stark (a.k.a Iron Man para los amigos) y los más que prometedores prototipos, el Honda NSX es oficial, y ya conocemos (casi) todos sus datos.
Míralo una, dos o las veces que quieras, el fabricante ha respetado al dedillo la estética de los concepts, lo que salta a la vista es todo un acierto. Para disfrutar de su imagen ya tienes la fotogalería, aquí vamos a hablar de sus entrañas.
La segunda venida de este mito es, como ya se sabía, un superdeportivo híbrido, uno que combina un motor 3.5 V6 de 500 CV y 550 Nm de par máximo con tres bloques eléctricos, uno dual que trabaja en el eje delantero y añade 73 CV extra, y otro de 74 CV integrado entre el V6 y la caja de cambios DCT de nueve marchas. El resultado es una potencia conjunta de 573 CV, que sirve para alcanzar, según las estimaciones de Honda, una velocidad máxima de 307 km/h. Por desgracia, todavía no hay tiempo oficial para el sprint 0-100.
Aunque no sea muy relevante dado que tratamos de un deportivo, todavía están por salir a la luz los datos de consumo y emisiones. Si bien no serán bajos, la naturaleza híbrida del modelo debería paliar algo la sed del bloque V6.
Una vez puesta sobre la mesa la fuerza bruta del NSX, hay que traer a la palestra el compendio tecnológico que sirve para dulcificarla. El fabricante nipón lo ha agrupado todo bajo el Integrated Dynamics System (IDS), que permite seleccionar entre cuatro modos de conducción distintos que alteran y controlan parámetros referentes a la transmisión, las suspensiones, el sistema de frenos, la respuesta del acelerador, el control de estabilidad…
El modo ‘Quiet’ solo deja trabajar el motor V6 hasta las 4.000 rpm, priorizando los eléctricos para optimizar el consumo energético. El ‘Sport’ es el modo por defecto, que emplea todos los motores. El ‘Sport+’ mejora la rapidez en el cambio de marchas y ofrece una respuesta del acelerador más agresiva. Por último, el ‘Track’ está pensado para circuito.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.