Los sistemas antirrobo han avanzado mucho en el mundo de la automoción, pero los ladrones siguen desarrollando nuevos métodos para asaltar a los conductores y conseguir algún objeto de valor o llevarse el vehículo. Y las maniobras de distracción son muy habituales en este caso.
Así ha ocurrido en el barrio del Born, en Barcelona, donde ha bastado una pequeña simulación para sustraer las pertenencias de un automovilistas.
Como se aprecia en las imágenes compartidas por una usuaria de Twitter, un ciclista finge un golpe con un coche para distraer al conductor.
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Este, para comprobar lo ocurrido, baja del automóvil, momento que aprovechan los cómplices para abordar a la víctima y se hacerse con sus pertenencias.
Método peruano
Otra artimaña de los delincuentes para sustraer objetos de valor es el llamado método peruano o método del pinchazo, que consiste en colocar un objeto punzante en alguna de las ruedas traseras de un coche. A continuación, los ladrones lo persiguen con otro vehículo. Cuando el automovilista se da cuenta de que existe una anomalía en su automóvil, se detienen fingiendo que van a prestarle asistencia en carretera.
Normalmente, una persona que no sospecha nada se bajará del coche dejando la llave puesta y puede que el vehículo en marcha, y con sus artículos personales sin protección. Entonces, durante las llamadas a la grúa o al seguro, los ladrones aprovechan para sustraer las pertenencias más preciadas de sus víctimas o hacerse con el vehículo.
Por ello, es aconsejable apagar el motor, quitar las llaves del contacto y mirar por los retrovisores para asegurarse, en la medida de lo posible, de que no ocurre nada extraño.
El truco de la botella
También se ha utilizado en ocasiones el truco de la botella. Consiste en que los delincuentes introducen una botella de plástico entre el neumático y el paso de rueda mientras el vehículo se encuentra estacionado, generalmente en el lado del copiloto.
De esta manera, es más difícil que el conductor se percate de que hay un objeto en la rueda, al estar situado en el lado contrario a su acceso al vehículo. Una vez que se inicia la marcha, la botella hace el ruido suficiente como para que el conductor se detenga para detectar el problema y baje del coche. Es el momento que aprovechan los ladrones para actuar.
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