Uno de los requisitos para conseguir la transición energética en Europa es que consiga mayor independencia en cuanto a la tecnología de la electrificación, actualmente muy supeditada a la industria asiática y, en menor medida, a la norteamericana.
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El primer paso en busca de una mayor autonomía europea ha sido la inauguración de una fábrica en la localidad de Skeffeltea, al norte de Suecia. Northvolt AB, el nuevo grupo industrial especializado en baterías, ya ha arrancado la cadena de montaje y anuncia un techo de producción de un millón de baterías anuales, objetivo que ya se prevé alcanzar en 2022.
La planta sueca no será la única y le seguirán otras repartidas por la geografía europea con el objetivo de recuperar protagonismo en la carrera por la electrificación. En 2020 la UE solo aportó el 3 % de la producción mundial de baterías, monopolizado casi por completo por países asiáticos (China, Corea del Sur y Japón principalmente) y para remediarlo los planes de Northvolt pasan por conquistar el 25 % del mercado de ahora a 2030.
Son unos propósitos bastante ambiciosos, sobre todo teniendo en cuenta que la empresa Northvolt fue fundada muy recientemente, en 2016, por el sueco Peter Carlsson y el italiano Paolo Cerruti, que previamente habían sido empleados de Tesla. Sin embargo, los apoyos no les faltan y cuentan con importantes socios financieros como por ejemplo el Grupo Volkswagen, que ha invertido en el proyecto 900 millones de euros.
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