En la actualidad no suele ser habitual referirse a novedades de un modelo y que entre ellas figure el término diésel. La práctica totalidad de las marcas afrontan un cambio de estrategia respecto a este combustible, pero Kia todavía ve futuro para el gasóleo, concretamente como base para vehículos híbrido ligeros. El primer ejemplo de ello es la gama Sportage 2018.
Con la cuarta generación del todocamino en el mercado desde hace un tiempo, se trata de la primera actualización que recibe, con pequeños cambios en otras áreas además de en la mecánica.
Desde el punto de vista estético, se modifica la parrilla tiger nose y estrena marco brillante o mate, cuenta con nuevas luces diurnas con LED de cuatro puntos, cambian los antiniebla y sus molduras (en negro brillante o cromado), también modifican su morfología las luces LED traseras, se añaden cinco colores de carrocería y nuevos diseños de llantas de 16, 17 y 19 pulgadas. La variante GT Line recibe novedades específicas en los mismos apartados.
El apartado tecnológico ahora es mucho más completo. En cuanto a conectividad, se siguen ofreciendo dos navegadores, de siete y ocho pulgadas, con este último estrenando diseño. El de los asistentes de conducción es el que sale más beneficiado, ya que a la dotación existente se suma el control de crucero adaptativo inteligente con parada y arranque automáticos, el monitor del entorno (Around View Monitor) y el control de atención del conductor (Driver Attention Warning).
La novedad más importante, no obstante, es la incorporación a la gama de la serie EcoDynamics+, que es como denomina Kia a sus nuevas mecánicas ‘mild-hybrid’ con base diésel. Su objetivo es “aumentar el rendimiento en carretera de los modelos con motor de combustión interna, mediante la energía eléctrica que se utiliza y se recupera de manera inapreciable para el conductor”.
Esto se consigue añadiendo una batería de iones de litio de 0,44 kWh y 48V, así como conjunto de alternador y motor de arranque denominado MHSG, que está conectado al cigüeñal mediante una correa y puede cambiar entre los modos Motor y Generador. En el primero añade una potencia de 12 kW para mejorar la aceleración y quitarle carga al motor de combustión, que reduce así consumo y emisiones; en el segundo, que se activa de manera automática al frenar o usar el freno motor, recupera energía y la almacena.
En principio solo puede combinarse con el motor 2.0 CRDi de la gama y se asocia siempre con el sistema de tracción total, pudiendo optar por la caja de cambios manual de seis marchas o la automática de ocho. En total entrega 185 CV y 400 Nm de par.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.