A lo largo y ancho del mundo, una de las infracciones al volante más comunes es la del exceso de velocidad. Es fácil sobrepasar los límites de velocidad legales, pero hay quienes lo tienen por costumbre. Por acumulación de multas o si la infracción en concreto es muy grave, pueden acabar perdiendo el carnet, pero en Arizona, Estados Unidos, están sopesando una alternativa: montar limitadores en los coches de estos conductores.
Los legisladores del estado han anunciado una nueva medida que podría hacerse efectiva a partir del próximo mes de enero. Aquellos que estén en riesgo de perder su licencia por sus repetidos excesos de velocidad, podrán instalar de forma voluntaria un dispositivo que no les permita ir tan rápido.
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El sistema, que está desarrollado por Smart Start y LifeSafer (quienes también han creado dispositivos como el ‘alcolock’), es sencillo. Está conectado a la centralita del motor y utiliza señal de posicionamiento GPS para saber dónde se encuentra el coche y cuál es la velocidad máxima permitida en la vía. De esta manera, manda la orden a la ECU de que no la sobrepase, haciendo que el conductor, aunque quiera, no pueda incumplir las normas.
Se trata, básicamente, de un limitador de velocidad y, por mucho que se apriete el acelerador, el coche no va a ir más rápido.
Las dudas con el sistema
Se ha presentado como una alternativa que será opcional para aquellos que, siendo conscientes de que no pueden controlar el pie derecho, prefieran que les limiten desde fuera para así conservar su carnet. Sin embargo, el funcionamiento del sistema genera ciertas dudas.
Por un lado, hay quien se cuestiona que, en ocasiones, es necesario algo de velocidad adicional para salir el aprieto o, por ejemplo, para realizar un adelantamiento de manera más segura. A este respecto, el dispositivo contaría con un sistema de potenciación que permitiría ganar 16 km/h extra en tres ocasiones al mes.
Por otro, está el coste del aparato. Solo el dispositivo y su instalación implican un desembolso de 250 dólares, a lo que luego hay que sumar cuatro dólares adicionales al día para operar, algo que podría echar para atrás a muchos conductores.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.