Las marcas francesas no tiran la toalla ante la hegemonía de sus rivales alemanas y el nuevo 308 lo demuestra. Es el primer Peugeot que mantiene las siglas de su predecesor, pero su inmovilismo termina ahí. Según el fabricante, este coche define el mayor salto de calidad respecto al modelo anterior en toda su historia. Y la realidad no lo desmiente. La alternativa gala al VW Golf sale a la venta el 10 de octubre con precios desde 16.100 euros, incluidos 1.000 de descuento de lanzamiento (13.900 con Plan PIVE 3).
Peugeot presume de que el nuevo 308 aporta cuatro argumentos que le distinguen de sus rivales: diseño, eficiencia, calidad y placer de conducción. Pero no todos brillan igual. Ahora mide 4,25 metros de largo, dos centímetros menos, y es otro cinco más bajo, lo que le permite sustituir su silueta casi monovolumen por otra más estilizada y atractiva. Y refuerza su dinamismo con unos faros afilados y unos trazos marcados y musculosos que crean una imagen rotunda y realzan su deportividad. Sin embargo, hay dos detalles que rompen la sintonía: la parrilla delantera de bandas horizontales, algo pretenciosa y anodina, y las ventanillas traseras, cuadradas y poco deportivas. Pero el conjunto presenta un aspecto moderno y robusto que recuerda al Mercedes Clase A, referencia estética. Y añade una buena aerodinámica (Cx: 0,28) que reduce el consumo.
Así entramos en la eficiencia, el verdadero punto fuerte. El 308 estrena la nueva plataforma modular EMP2 de Peugeot-Citroën (chasis y mecánica) que aplica materiales más ligeros y ayuda a reducir 140 kilos el peso, un avance sobresaliente que también contiene el consumo. Y junto a otros detalles, permite ofrecer una versión con emisiones de CO2 de solo 82 g/km (3,1 litros de gasto), nuevo récord en este tamaño (85 g/km y 3,2 el Golf Bluemotion). Pero además, la plataforma aporta un interior más amplio delante y detrás, con suficiente anchura y espacio para las piernas, y un maletero de 420 litros (40 más) que refuerza su sentido práctico.
El tercer aspecto, la calidad, se aprecia en varios aspectos, desde las mínimas ranuras de unión entre las piezas de la carrocería hasta la presentación interior y el refinamiento de rodadura. Por dentro es atractivo y elegante, y tanto los materiales como los acabados lo sitúan por encima de las marcas populares y muy cerca de las de prestigio. Y al volante proporciona un tacto suave y preciso, un funcionamiento silencioso y un equilibrio excelente entre estabilidad y confort.
El 308 se lanzará con cinco motores: 1.2 VTi de 82 CV (16.100 euros) y 1.6 THP (turbo) de 125 y 155 CV y origen BMW (18.050 y 21.750) en gasolina. Y 1.6 HDi de 92 y e-HDi de 115 CV (18.100 y 19.500) en diésel (sin PIVE 3). En 2014 llegarán más, en especial los nuevos diésel más limpios (Euro 6) que eliminan el 99,9 % de las partículas y el 90% de los óxidos de nitrógeno (NOx): 1.6 BlueHDi de 120 CV y 2.0 BlueHDi de 150. Y también aparecerá la carrocería familiar o SW y, más adelante, un Coupé-Cabrio.
Pantalla táctil para todo
Entre los aspectos diferenciadores del 308 destaca la pantalla táctil de 9,7 pulgadas, que integra los mandos de todos los accesorios: climatizador, equipo de música, ordenador, navegador. Viene de serie (salvo en el acabado base Access) y deja el resto de la consola limpia, con apenas la ranura de CD.
El puesto de conducción i-cockpit de Peugeot (instrumentación elevada y volante pequeño) es otra originalidad. Se estrenó con polémica en el 208: cuesta encontrar la regulación ideal para ver la instrumentación sin que la tape el volante, sobre todo los conductores de menor estatura. Pero en el 308 está más logrado. La posición más alta del asiento facilita encontrar una postura natural para ver los relojes y la carretera sin que moleste el volante. Y permite llevar los brazos más bajos y relajados, reduciendo el cansancio en los viajes.
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