Nuevo Alfa Romeo Giulia: 5 virtudes y 5 retos

La estrella es la versión Quadrifoglio de 510 CV, que cuesta 86.600 euros. También hay tres variantes 2.2 turbodiésel de 136, 150 y 180 CV.

Alfa Romeo Giulia QV
La variante más potente, el Quadrifoglio de 510 CV, es un ataque frontal a las versiones M y AMG de sus rivales alemanes.

El Alfa Romeo Giulia ya está aquí. El icono que anuncia el enésimo intento de renacimiento de la marca italiana llegará en junio con precios a partir de 33.150 euros (2.2 diésel de 136 CV). La gama incluye otras dos variantes del mismo motor, con 150 y 180 CV (34.550 y 37.850 euros, respectivamente), todas disponibles con cambio manual de seis marchas y las dos más potentes también con uno automático de ocho velocidades. La oferta se completa con la versión superior Quadrifoglio, que estrena un imponente motor 2.9 V6 Biturbo de 510 CV. Más adelante llegará otro 2.0 turbo de 200 CV que completará la oferta en gasolina.

El nuevo Alfa destaca por su personalidad estética y ofrece también un comportamiento dinámico y un tacto y calidad de conducción sobresalientes. Aspira a competir con los Audi A4/A5, BMW Serie 3, Mercedes Clase C y Jaguar XE, sus rivales equivalentes en las marcas premium. Pero de entrada su gama carece de profundidad; solo está prevista la carrocería berlina y la oferta mecánica es también más limitada que en sus rivales.

LOS 5 PUNTOS FUERTES DEL ALFA GIULIA

1. Poderío estético

Uno de las dos mejores fortalezas del Giulia. Su imagen es una puesta al día del ADN de Alfa que actualiza los cánones estéticos de la deportividad. Destaca el diseño elegante y afilado del frontal, la cintura lateral ascendente y el músculo de la zaga. El resultado es un diseño atractivo y seductor que transmite carácter en todos los detalles y define un estilo propio que le distingue con claridad de sus rivales.

2. Poderío mecánico, el M3 italiano

El tamaño importa y la versión Quadrifoglio, con motor 2.9 V6 biturbo de 510 CV, es toda una declaración de intenciones. El reto no es solo desafiar a sus competidores alemanes anunciando prestaciones espectaculares, sino que todo el conjunto esté preparado para asimilarlas con seguridad y sin fiascos. Y es que hay que hacer muy bien las cosas para que un coche con esta potencia se pueda conducir casi con dos dedos y sobre todo para que se pueda disfrutar su poderío sin sustos ni sorpresas. Este es el caso.

3. Tecnología y ligereza

El Giulia, y en particular su chasis, suspensiones y transmisión, se han desarrollado partiendo de las exigencias de la versión superior Quadrifoglio y a partir de ahí se han hecho las demás. Destaca el uso intensivo de materiales ligeros como el aluminio e incluso la fibra de carbono (árbol de transmisión de toda la gama), que le sitúan entre los modelos más livianos de su tamaño. Así, algunas de sus soluciones mecánicas están pensadas para digerir más de 500 CV y aportan un plus de consistencia, ligereza y eficacia que se disfruta también al volante de las versiones inferiores.

4. Comportamiento impecable

La consecuencia directa de los dos puntos anteriores. El Giulia impresiona por su exquisito comportamiento dinámico, y no solo la versión Quadrifoglio, sino también las demás. Salvo la posición de conducción (es poco ergonómica y cuesta encontrarla), se acopla como un guante al conductor y ofrece una agilidad de reacciones que se disfruta casi al instante, como si se hubiera conducido toda la vida. Entra en la curva con docilidad, se apoya con nobleza y permite dar gas con decisión a mitad del giro para saborear a fondo y con seguridad su propulsión trasera en la salida. Y cuando hace falta parar, frena con equilibrio y de maravilla.

5. Calidad al volante

Capacidad de absorción y silencio de marcha. Estos dos aspectos distinguen a los coches buenos de los que no lo son, y es lo mínimo que se puede pedir a un modelo de última generación con aspiraciones. Con todas las salvedades que implica emitir un veredicto basado en unidades de preserie, casi siempre ‘preparadas’ con meticulosidad para las pruebas de prensa, el Giulia de la presentación internacional transmite una sensación de calidad excelente que se aprecia en la insonorización interior y la calidad de rodadura: es muy suave y silencioso, absorbe los baches sin inmutarse y transmite una sensación de consistencia a la altura de los modelos premium de su tamaño.

LOS 5 RETOS PENDIENTES DEL ALFA GIULIA

1. Credibilidad de la marca

Si los ingenieros de Alfa han vuelto a confirmar con el Giulia la excelencia histórica de la marca en cuanto a calidad mecánica, a sus ejecutivos les queda todavía mucho camino por recorrer. Con unas ventas de apenas 58.200 unidades en todo el mundo en 2015 (el mercado global supera los 90 millones de vehículos), Alfa es más una enseña en estado vegetativo o un zombie del sector, que una realidad. No hay ninguna marca en la historia del automóvil a la que se haya resucitado tantas veces para volverla a abandonar, pero nunca hasta ahora se había llegado a una situación de tan extrema debilidad. Los clientes tienen todo el derecho a poner en duda su credibilidad.

2. La incógnita de la red comercial

Tras una década de casi abandono, con una gama anticuada y casi inexistente, y ventas cada vez más testimoniales, cuesta creer que la red de concesionarios propios de Alfa (60 en España) no haya quedado tocada o al menos con un músculo financiero y una capacidad de reacción limitadas. En realidad, la mayoría sigue en pie porque en muchos casos han pasado a vender Jeep, la tabla de salvación que ha permitido evitar la desaparición de Alfa. Pero su rendimiento futuro es una incógnita.

3. Solo una carrocería

Uno de los aspectos que distinguen a las marcas premium es la variedad para elegir. Y frente a la oferta exuberante de carrocerías de sus rivales más exclusivos, como los Audi A4/A5 o BMW Serie 3, que cuentan con versiones Berlina, Coupé, Grand Coupé, Familiar (SW), Cabrio, etc; el Giulia solo se lanza en carrocería única o Sedan. Al menos la versión ranchera o SW, que en muchos mercados europeos, incluido el italiano, acapara más del 50% de las ventas, resulta imprescindible, pero está sin confirmar.

4. Gama mecánica limitada

Más de lo mismo. La oferta mecánica se reduce a tres cilindradas, dos en gasolina y una en diésel, aunque con tres niveles de potencia. Están disponibles con dos cajas de cambio, manual de seis marchas y automática de ocho, pero la gama resulta pobre para una marca con teóricas aspiraciones premium y es sobre todo claramente insuficiente para posicionarse frente a sus rivales alemanes.

5. Detalles de presentación y asientos mejorables

La principal asignatura pendiente. El Giulia tiene un diseño y presentación interior correctos, pero no está al nivel de sus rivales premium. Y es que tanto el diseño del salpicadero como los materiales y en especial la consola central, son un tanto simples y anodinos. Pero lo menos logrado son sin duda los asientos, en especial los delanteros; resultan cortos de banqueta para estaturas grandes y los mullidos de los respaldos, en lugar de recoger y sujetar el cuerpo, lo empujan hacia fuera.

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