Al recoger un coche del concesionario pocos son los clientes que se paran a pensar de verdad cuál ha sido el arduo proceso que ha llevado al vehículo desde una hoja de papel al producto final. Es posible que se tenga claro que ha pasado por una fase de diseño, de ingeniería o de pruebas, pero es más complicado imaginar en qué consisten estas últimas, entre las que se encuentra someter al coche a temperaturas extremas.
Con el objetivo de que cada nuevo modelo aguante en cualquier parte del mundo, por duras que sean las condiciones, durante su proceso de desarrollo los fabricantes lo llevan al límite, probando el vehículo desde el frío intenso hasta el calor asfixiante, gracias a una cámara climática. Estos son cinco datos que ofrece Seat y que muestran hasta donde se lleva esta preparación:
• Del ártico al desierto: todos los coches de la casa son sometidos en el centro de desarrollo a temperaturas que oscila entre los -40 y los 110 grados de temperatura. Y no solo eso, los prototipos también visitan zonas como el Círculo Polar Ártico, donde recorren 30.000 kilómetros, o desiertos donde se ponen a prueba contra el polvo y las altas temperaturas.
• Motores a 910 grados: en tandas de 12 horas de trabajo y subiendo hasta las 6.500 rpm, son las temperaturas a las que llegan los propulsores para simular su vida útil.
• Interior por encima de 60 grados… por el olor: se eleva la temperatura del habitáculo hasta tal punto para comprobar cómo huelen los materiales.
• Asientos a 40 grados: con el sistema de calefacción activado, es el calor que adquieren los asientos en 15 minutos, prueba que se realiza para ver si la temperatura se distribuye de manera uniforme.
• Temperatura de producción: el calor extremo no se usa solo para medir la durabilidad, también en el proceso de fabricación, fundiendo por ejemplo el aluminio a 700 grados.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, Twitter o Instagram
Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.