Nissan no ha presentado muchas novedades en el Salón de Ginebra 2018 (el IMx Kuro ha sido la más llamativa), pero entre ellas ha mostrado la versión del Nissan Juke para este ejercicio. Con bastantes años a sus espaldas, el SUV pequeño de la marca prepara ya una segunda generación que debería ser inminente, por lo que esta actualización no es muy profunda.
De hecho, el único cambio como tal es que se han oscurecido varios elementos del frontal, como la parrilla cromada, los grupos ópticos y los intermitentes; el resto de esfuerzos han ido dedicados a aumentar todavía más las abundantes opciones de personalización de las que ya dispone el modelo.
Se suman dos nuevos colores para la carrocería, los Chestnut Bronze y Vivid Blue; se añaden tres diseños de llantas, dos en 16 pulgadas de diámetro y un tercero de 18; y el programa de personalización ahora deja elegir el tono que se quiere para adornar, además de las carcasas de los retrovisores, para los faldones laterales y los paragolpes delantero y trasero.
Similar solución se ha implementado en el habitáculo, en el que ahora están disponibles los colores Power Blue y Energy Orange para adornar la consola central, las incrustaciones de las puertas, las salidas de ventilación y la tapicería de los asientos. También estrena un nuevo volante de cuero y suma a sus opciones el sistema de sonido BOSE Personal de seis altavoces, dos de ellos integrados en el reposacabezas del conductor.
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