He aquí una iniciativa para hacer algo mejor el mundo: se trata de OX, un camión de coste asequible y fácil montaje que puede enviarse a países en vías de desarrollo para mejorar las condiciones de transporte.
Puede sonar a quimera, pero está muy cerca de convertirse en realidad. Gordon Murray (diseñador, entre otros, del mítico McLaren F1) y Global Vehicle Trust llevan seis años trabajando en el OX y están ya en plena fase de pruebas.
La primera peculiaridad de este camión es que, exceptuando el motor, las 60 piezas que lo conforman se montan parcialmente, se empaquetan y se mandan en una única caja. Dentro de esta, además, se incluyen unas instrucciones muy visuales que facilitan el montaje final en solo 12 horas por tres operarios que ni siquiera tienen que tener conocimientos sobre mecánica.
Una vez montado, el OX no deslumbra por su diseño, pero sí por sus capacidades. La cabina acoge a tres personas, con el puesto de conducción en el asiento central; en la superficie trasera (que puede estar al aire o cubierta con tela impermeable) caben otras 10 personas o la carga que se necesite en cada momento, siempre con un límite de 1.900 kilos.
Además, un par de detalles demuestran que está muy bien diseñado: el portón de la zona trasera se puede desmontar para utilizarlo como rampa para subir la carga de una manera más sencilla, y los asientos se pueden emplear como cuñas para ayudar a sacar el OX si se queda atrancado en zonas blandas como dunas o barro.
Con todo esto en mente, choca un poco que no estemos ante un vehículo de tracción total, aunque la compañía alude al incremento de precio que supondría un sistema de este tipo. Así pues, el eje delantero se encarga de digerir los 99 CV del motor diésel 2.2 que lo mueve, asociado a una transmisión manual de cinco marchas.
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