Es inevitable pensar en una marca de automóviles y motos y no asociarla a un patrocinio, son binomios indivisibles: Honda HRC y Repsol, Ferrari y Shelf, Renault (en su época) y Telefónica… y Porsche y Martini Racing.
La marca alemana tiene morriña y lleva un tiempo recuperando su mítica pintura de guerra para varios de sus modelos. El primero fue el nuevo 918 Spyder, al que en su fase de pruebas pudimos ver decorado en blanco y negro con el logo del fabricante de bebidas, y que después ofrece la combinación cromática clásica como opción a sus clientes.
En verano, para celebrar su vuelta a la competición en las 24 Horas de Le Mans, Porsche presentó el 911 S Martini Racing Edition, una serie limitada de 80 unidades ofrecidas en carrocería negra o blanca con vinilos de Martini adornando capó, techo y faldones. Todavía se puede adquirir por un precio de 147.400 euros.
Y ahora, coincidiendo con Gran Premio de Fórmula 1 en Rusia, el fabricante ha juntado una mini-flota de diez modelos entre los que se encuentran Panameras, Dos Macan y unos cuantos 911, pintados en rojo, negro y celeste.
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