Las consecuencias de reparar el coche en un taller ilegal afectan tanto a la garantía de las reparaciones como al propio vehículo, ya que en estos establecimientos no siempre se utilizan las herramientas adecuadas para arreglar las averías.
Y es mucho más fácil acabar visitando un taller ilegal de lo que parece. La Confederación Española de Talleres de Reparación Automóviles y Afines (CETRAA), tras una exhaustiva inspección de los centros mecánicos españoles en funcionamiento, ha concluido que uno de cada cinco talleres es ilegal.
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Es decir, hay un 20% de posibilidades de acabar dejando en coche en un establecimiento no autorizado. Al mismo tiempo que aumenta la presencia de los talleres ilegales, la actividad de los establecimientos que cumplen estrictamente con la legalidad vigente disminuye.
Los talleres clandestinos “salen bastante más caros”. Aunque sus tarifas puedan ser menores, en muchos casos no cuentan con la formación adecuada ni con las herramientas y las instalaciones apropiadas para trabajar.
Otras consecuencias de las que advierte la CETRAA son la limitación de derechos de los consumidores, la ausencia de prevención en riesgos laborales o el peligro generado para la seguridad vial por la dudosa calidad tanto de las reparaciones como de los materiales y recambios empleados. De hecho, esta organización avisa de que “es habitual que los talleres legalmente establecidos tengan que solventar los problemas causados por una mala reparación”.
Colaboración con el Seprona
La CETRAA apunta que el intrusismo de los talleres clandestinos se ha convertido en “un dilema social”. Las consecuencias negativas de los talleres ilegales repercuten en la seguridad vial y de los conductores, en su economía, pero también en la economía del país y, por último, en el medioambiente.
Solo los talleres legales procesan los residuos producidos por las reparaciones siguiendo la ley. Para luchar contra la gestión ilegal de estos residuos, la confederación ha llegado a un acuerdo con el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona).
Esta organización registra, a través de su web, más de 1.000 denuncias de talleres ilegales al año y gracias a este acuerdo informará al Seprona sobre cada una de ellas. De esta manera, la Unidad Central Operativa Medioambiental podrá evaluar y gestionar denuncias.
Cómo reconocer un taller ilegal
El Cetraa ofrece una guía para identificar los talleres ilegales y distinguirlos de los legales. La primera diferencia es clave: los talleres clandestinos no tienen la placa identificativa concedida por la Consejería de Industria, que es obligatorio colocar a la entrada del establecimiento.
Además, hay otros hechos que deberían hacer sospechar a los clientes sobre estos talleres clandestinos:
- No entregan presupuestos por escrito ni facturas.
- Carencia de carteles informativos sobre los precios, horarios, derechos de los usuarios y otros documentos legales.
- Suelen ser locales donde se trabaja a puerta cerrada.
Por último, aunque no es un rasgo distintivo, la confederación avisa de que la mayoría de los talleres clandestinos están ubicados en las afueras de las ciudades y en zonas rurales, apartadas de áreas transitadas. Igualmente, estos locales pueden estar habilitados en garajes particulares, chalés y similares.
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