Las carreras ilegales han existido prácticamente desde que se inventó el automóvil, pero con la evolución de la tecnología cada vez son más rápidas y peligrosas. Además, también con el paso del tiempo los participantes han inventado nuevas modalidades, como es el caso de las ‘lanzadas’, que se han puesto de moda en la M-50 en Madrid.
En este caso no se trata de una carrera al uso que vaya de un punto A a un punto B, algo más habitual en entornos urbanos, ya que dar vueltas a un trazado establecido se antoja más complicado en carretera abierta. El objetivo es el de alcanzar antes que nadie la velocidad máxima elegida, que se registra utilizando dispositivos GPS para dirimir quién ha ganado la competición.
El término lanzadas también hace referencia al hecho de que el comienzo de la competición no se hace desde parado, sino con los coches en movimiento, en paralelo y a la misma velocidad. Se trata, por tanto, de carreras lanzadas, que existen en las pruebas oficiales.
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Este formato también es habitual a la hora de medir la aceleración en carreras en recta, como se hace en las carreras de drag, en este caso desde parado. Sin embargo, también se hacen con salida lanzada o rodada, desde una velocidad de 30 o 50 km/h, para ver cómo rinde el vehículo a partir de ese ritmo, sin tener que lidiar con los posibles problemas de tracción desde parado.
Las ‘lanzadas’ de la M-50 en Madrid
Según recogen en el programa de Telemadrid Buenos Días Madrid, parece que la modalidad ha adquirido bastante popularidad en los últimos tiempos, convirtiéndose en el elemento central de quedadas clandestinas que se llevan a cabo en la capital a través de las redes sociales.
En una jornada, normalmente de noche y en el extrarradio, con acceso a autopistas para poder hacer las pruebas, pueden llevarse a cabo hasta 150 o 200 ‘lanzadas’.
En ellas los competidores no ganan nada más que el supuesto respeto o el prestigio de ser el ganador, así como visualizaciones en redes sociales, en las que comparten las carreras.
En las imágenes se puede ver que el tipo de automóvil que participa en ellas no es un superdeportivo, sino que se trata de compactos generalistas (se pueden ver dos unidades de Seat León) preparados de manera ilegal para superar el rendimiento de fábrica.
Esto les permite desarrollar mas potencia de la convencional, gracias a lo que alcanzan también velocidades muy altas. Sin embargo, “rozar los 300 km/h”, como se apunta en el reportaje, parece algo complicado dados los vehículos de los que se trata, a pesar de las modificaciones que hayan recibido.
Eso sí, aunque no se llegue a dicha cifra, la velocidad alcanzada sigue siendo muy peligrosa, ya que es muy fácil perder el control del vehículo ante cualquier eventualidad. Además, aumentar la potencia del motor no implica que el resto del coche (chasis, suspensiones o frenos, por poner algunos ejemplos) esté preparado para responder de manera adecuada a esos niveles.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.