Parece que no hace mucho, pero ya han pasado tres años desde que se anunció que Rolls-Royce estaba preparando un modelo completamente nuevo para entrar en el tan de moda segmento SUV. La marca no quiere definirlo de tal manera, ya que alega que su coche no será deportivo, pero por fin se ha decidido a hacer oficial su nombre de producción: Rolls-Royce Cullinan.
Puede que la denominación suene a muchos, ya que cuando empezó el proceso de desarrollo lo hizo bajo la nomenclatura de ‘Proyecto Cullinan’. Esto llevó a pensar que, como finalmente ha sido, el nombre del todocamino sería tal. Torsten Müller-Ötvös, Director Ejecutivo de Rolls-Royce, lo explica así: “El nombre Cullinan es el que mejor encaja con nuestro nuevo producto. El Cullinan es un coche con un propósito tan claro, con una calidad tan perfecta, un preciosismo y una presencia que recalibra la escala y la posibilidad de lo que es el lujo. Igual que el Diamante Cullinan, el diamante perfecto más grande jamás encontrado, aparece cuando es perfecto y existe por encima de los demás”.
De hecho, Ötvös matiza todavía más la elección del nombre: “Personifica las muchas facetas que nuestro nuevo vehículo promete. Habla de resistencia y de absoluta solidez bajo la mayor de las presiones; habla de la rareza y alude a lo pioneros que fueron The Hon, Charles Royce y la ingeniería de Sir Henry Royce; y, por supuesto, habla de lujo absoluto a donde sea que vayas en el mundo”. Toda una declaración de intenciones.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.