Seis marcas de coches africanas que ni sabías que existían

La industria automovilística de África no ha sido nunca muy prolífica, pero ha dejado algunas perlas que merece la pena conocer.

marcas
El Laraki Epitema, superlujo con origen marroquí.

La industria del automóvil africana no es demasiado conocida. Posiblemente no pudo evolucionar como cabría esperar ya que sus países fueron colonias hasta bien entrado el siglo XX, coincidiendo con el momento en el que el mundo desarrollado se motorizaba.

Y en muchos casos, una vez consiguieron la independencia, sus gobiernos no supieron dotar a sus territorios de la estabilidad política y social necesaria para la creación de un tejido industrial. Al contrario, retomaron la dependencia económica de los países que les habían controlado para surtirse de productos que por sí mismos no eran capaces de producir ni desarrollar. Y el automóvil fue uno de ellos.

Por eso las marcas europeas, especialmente las francesas, supieron hacerse un hueco en los países del norte de África, lo mismo que los todoterrenos ingleses lo hicieron en el centro y sur del continente africano. Incluso Sudáfrica, uno de los países con mayor PIB del continente, ha acogido fábricas de firmas europeas o estadounidenses sin poder crear demasiadas marcas propias.

Aun así, son bastantes los intentos que ha habido de crear fabricantes propios en África, que con mayor o menor éxito han intentado hacerse hueco en algunos países para posteriormente dar el salto a nivel internacional, o al menos a sus países colindantes. A continuación repasamos seis marcas que han sabido crear vehículos de todos los tamaños y hasta superdeportivos con un coste millonario.

Kiira Motors Corporation // Uganda

Marca surgida como proyecto de la Universidad de Makerere en 2012, que salió adelante tras recabar el apoyo del Gobierno de Uganda. Desde entonces ha presentado varios proyectos entre los que destacan vehículos movidos por tecnologías alternativas. Pronto serán realidad, pues la construcción de la fábrica está en su fase final.

Entre sus prototipos sobresale el Kiira EV Poc, un pequeño eléctrico biplaza que garantiza 80 kilómetros de autonomía; también el Kiira EV Smock, una berlina con mecánica híbrida. El último de los proyectos se trata de un autobús solar (Kayoola Solar Bus) con acabados de tipo premium, según señala la propia compañía, y una autonomía de 80 kilómetros, aunque unas placas solares en el techo irán recargando las baterías para ampliar este rango de circulación.

Kiira EV Smack.

Innoson Motors // Nigeria

En 1987, un joven de 25 años llamado Innocent Chukwma apostó por crear una marca de motocicletas que se hiciera hueco en el importante mercado que había en su país, y que estaba dominado por marcas foráneas. Sus ventas crecieron exponencialmente en los siguientes años y esto le animó a probar en el terreno de las cuatro ruedas.

Hoy día en su gama destaca la presencia de dos turismos (el utilitario Innoson Fox y el sedán compacto Innoson Umu), un todocamino (Innoson G5), un pick-up que recuerda mucho al Toyota Hilux (Innoson Carrier), una furgoneta y tres autobuses de diferente tamaño.

Y si nació para aprovechar el boyante mercado que había en su país, ahora está entrando en los mercados de su entorno, pues ya son varias las partidas que se han destinado a otros países.

Innoson Fox.

Wallys Car // Túnez

Nació de un encuentro fortuito entre los hermanos Guiga y René Boesch, este último con experiencia previa en la construcción de automóviles, de la marca Jeep concretamente. En 2005 comenzaron las conversaciones y solo tres años más tarde presentaron en el Salón de París su primer vehículo, el Wallys Izis, claramente inspirado en el Jeep Cherokee.

Tiene su fábrica en las cercanías de la capital y una capacidad de producción de unos 600 vehículos al año que, según señalan en su página web, venden en el mercado nacional e internacional. En la construcción de sus modelos (también fabrican el Iris) se emplean hasta un 42 % de piezas producidas en Túnez; entre las importadas destaca el motor Citroën.

Wallys Car Izis.

Kantanka // Ghana

Kantanka Motor es una marca que surgió del visionario Kwadwo Safo, un inventor y líder religioso que se hace llamar a sí mismo apóstol. De su puño salieron aviones, tractores, excavadoras y grúas antes de que se interesara por la industria automovilística en 1998, siendo el Kantanka Saloon, un turismo de cinco plazas, el primer vehículo comercializado.

En el 2006 llegaría un todoterreno de tracción total, el Onantefo I, al que poco a poco acompañarían todocaminos, SUV y nuevos turismos, todos con unos diseños derivados de modelos asiáticos y europeos.

Laraki Motors // Marruecos

Caso curioso este. Laraki surgió del intento de buscar nuevos nichos de negocio de una compañía que se dedica a la construcción de yates en Marruecos. Antes del Epitema, en imagen, presentó dos prototipos (Fulgura y Borac) que no llegó a producir en serie.

Sin embargo, del Epitema se anunció que se construirían nueve unidades con un precio astronómico a la altura de los grandes superdeportivos que solo un puñado de elegidos puede adquirir. Sus números hablan por sí solos: basado en un Corvette C6 cuenta con una estética rompedora y muy deportiva, y un motor que promete 1.200 CV de base y que pueden llegar hasta los 1.750 CV. Su precio se estableció en dos millones de euros.

Proyecto Saroukh el-Jamahiriya // Libia

No es momento de descubrir a Muamma el Gadafi ni las histriónicas ideas que protagonizaron su mandato en Libia. Pero hubo una que puede resumir cómo funcionaba la mente de este dictador. Entre sus proyectos se encontraba crear un vehículo para el pueblo libio que favoreciera la modernización de la población, pero cuando se decidió llevarlo a cabo varió el plan inicial para convertirlo en un superclase, original y seguro ante posibles ataques.

Este engendro de la automoción se fabricó en Italia, y en el proceso de producción realizó varias veces el viaje de ida y vuelta a la fábrica para cambiar detalles, sobre todo para añadirlos, hasta que tuvo su forma definitiva. En 1999 se presentó un coche con el frontal y la zaga con forma triangular que tenía cuatro puertas, las dos traseras en el sentido contrario a la marcha, destinado a cinco ocupantes, y movido por un motor V6 que daba un rendimiento de superdeportivo. Una vez fue derrocado Gadafi, se le perdió la pista al coche.

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