“Si no podemos hacerlo, encontraremos la manera»

Edd y Mike se centran en los aspectos mecánicos del programa, sus experiencias más complicadas, como aportan al mercado global de coches clásicos...

“Si no podemos hacerlo, encontraremos la manera»

Aquí podéis leer la primera parte de la entrevista

Mario Herráez: Centrémonos ahora en la parte mecánica del programa. ¿Alguna vez ha habido algún coche con el que han dicho “nos rendimos, no podemos hacerlo”?

Edd China: Creo que no es una opción posible, es parte del juego, parte del desafío. Mike suele conseguir muy buen material y, aunque este demasiado deteriorado, si lo trae es porque vale la pena salvarlo. Es de eso de lo que va en realidad el programa: conservar los coches, mantenerlos rodando en la carretera.

Además, no nos podemos permitir fallar, no tenemos tiempo para ello. Si lo piensas, la mayoría de la gente que se dedica a esto o lo hace por hobby puede tener años para restaurar un coche, yo tengo dos semanas. Incluso con el grupo de gente que nos ayuda, no tenemos tiempo para parar y cuando llega ese momento de “Dios, es demasiado difícil”, no nos queda otra que superarlo.

De hecho quizá eso sea lo más difícil de trabajar en un coche, el aspecto mental. En tu cabeza muchas veces ves las cosas peor de lo que realmente son. Lo bueno de no tener tiempo es que nos podemos quejar, pero de todas maneras tenemos que conseguir hacerlo.

Mike Brewer: Si, no podemos fallar nunca. Como ha dicho Edd, si no podemos hacerlo, encontraremos la manera de hacerlo. Ese es el desafío del programa, es lo que queremos ofrecer a la audiencia, demostrar a nuestro público que se puede llevar a cabo.

Edd China: Tenemos que encontrar soluciones. Una vez trabajamos con un Jeep y cuanto más lo desmontábamos más óxido había. Empezamos a quedarnos sin tiempo y la única manera de arreglarlo era utilizar piezas que no estaban homologadas para el uso en carretera. Lo malo de esto es que complicaba mucho la venta, pero Mike tuvo una gran idea: se lo vendimos a un hombre que lo que quería para trabajar en una granja, por lo que no necesitaba que estuviera homologado. Así conseguimos salir de situaciones complicadas.

MH: ¿Cuál ha sido la reparación más complicada a la que han tenido que hacer frente?

MB: Hemos tenido bastantes desafíos durante todos estos años y llegan más en la nueva temporada. Uno de ellos es el AmphiCar, un coche anfibio [Edd asiente]. Lo más complicado fue la carrocería, ten en cuenta que es un vehículo que está a menudo en el agua, así que había muchísimo óxido. No tuvimos otra opción que desmontarlo y fabricar nuevos paneles para sustituir los que estaban demasiado deteriorados.

EC: Estoy de acuerdo, fue una auténtica pesadilla. En general a nivel mecánico no solemos tardar mucho en hacer las reparaciones, puede que sea más o menos caro, pero podemos con ello. Es la carrocería lo que suele dar más problemas, es algo que se ve, así que tiene que quedar perfecto.

MH: A mucha gente le gusta trabajar sobre sus coches y llevar a cabo ellos mismos las reparaciones. En su opinión, ¿cuándo hay que plantarse y reconocer que hay que comprar uno nuevo?

MB: Los coches tienen una vida finita. Llega un momento de la misma en la que son simplemente irreparables, en el que te cuesta más llevar a cabo la reparación que comprarte directamente uno restaurado. Eso pasa, es así, aunque afortunadamente la tecnología y los medios avanzan continuamente y se abaratan, permitiendo cada vez a más gente mantener sus coches activos.

Es más, me resulta increíble ver cómo, incluso cuando un modelo ha muerto, la gente es suficientemente creativa para darle otro uso completamente distinto [señala a unas furgonetas que actuaban a modo de bar en el pabellón 12 de MULAFEST].

EC: Incluso a veces es más rentable hacerte uno nuevo entero. De hecho es una situación extraña porque un coche que no valiese mucho hace 10 o 20 años, un modelo que nadie haya conservado, quizá ahora tenga mucho valor porque queden muy pocos en circulación y sea una auténtica rareza. Es algo paradójico que ocurrirá con los modelos modernos también: si no cuidamos algunos coches y a nadie le importa un modelo en concreto, probablemente dentro de un tiempo solo quede uno que valdrá muchísimo dinero.

MB: A pesar de ello, no me puedo imaginar una reunión dentro de 50 años en un aparcamiento con cien PT Cruiser y gente diciendo: es un coche guay, eso nunca va a pasar [Risas].

MH: Supongo que algunos coches nunca serán leyenda.

MB: No, un PT Cruiser es uno de ellos [Se ríe].

MH: En la presentación de esta mañana han comentado que muchos de los coches que restauran en el programa suben su valor en los mercados mundiales de vehículos clásicos. ¿Lo consideran una especie de servicio público?

MB: Si, sin ninguna duda. Enseñamos a la gente lo que tienen que hacer: cómo comprar, qué reparar, la mejor manera de vender… Pero a la vez nuestro programa tiene tanto alcance a nivel mundial que hasta estamos estableciendo precios a nivel mundial, estamos cambiando la manera en que la gente ve sus coches clásicos.

Elevamos el precio de los DeLorean de todo el mundo, y esta temporada conseguimos vender el AmphiCar por 75.000 dólares, por lo que todos los AmphiCar ahora tienen un valor similar. Ese es nuestro servicio público: poner dinero en manos de gente que ni siquiera se lo podía esperar.

MH: ¿Cuál es su coche favorito y por qué?

EC: Del programa me quedo con el Lamborghini Urraco, es un coche increíble. Siempre me han gustado los Lamborghini, pero este en particular es especialmente bonito y además el día que lo probamos era mi cumpleaños, fue una de las mejores experiencias que he tenido al volante.

MB: Mi coche favorito siempre ha sido, es y será el Ford Mustang del 67, conseguí comprarme uno hace un tiempo y soy un orgulloso propietario. Sin embargo, un coche que no me gustaba y por el que nunca he mostrado ningún tipo de aprecio era el AmphiCar, pero después de conducirlo algo ha cambiado en mí. Es el coche más divertido que nunca he tenido, la prueba que hicimos en carretera y luego en el río Támesis fue increíble. Y… [se queda pensando] ¡no está bien! No es un coche muy bueno, y tampoco es un buen barco, pero, de alguna manera, se ha convertido en mi coche favorito.

EC: Le doy la razón. Hay muy pocos coches anfibios y si lo piensas, nosotros vivimos en una isla, así que tendría sentido que muchos más modelos lo fueran. De hecho, algún día diseñaré uno.

MH: Una última pregunta para terminar. En cadenas de televisión como Discovery Max es habitual que se hagan ‘duplicados’ de los programas en versión original para los distintos países. ¿qué les parecería ver una versión española de ‘Joyas sobre ruedas’?

MB: Si alguna vez nos sustituís a mi y a Edd China en España, vendremos y pegaremos a nuestros sustitutos [Ambos se ríen]. No deberíais hacerlo, el programa funciona tal y como está, la acogida que hemos tenido en Madrid lo demuestra. Así que nunca hagáis esa versión, no hace falta.

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Mario Herráez

Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.

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