Los monovolúmenes están en decadencia. ¿Heridos de muerte? Quizá no tanto, pero es obvio que han perdido toda su predominancia a favor de los SUV, motivo por el que algunos de sus últimos representantes, como el Renault Scénic, han decidido adoptar varios de los rasgos de sus rivales. Esa línea es la que cree Toyota que seguirá el segmento en el futuro a corto plazo, algo que ha plasmado en uno de los prototipos que llevará al Salón de Tokio, el Toyota TJ Cruiser.
Sus orígenes quedan claros en su diseño, que combina la espaciosidad de un monovolumen con el toque robusto habitual en los todocaminos (e incluso todoterrenos). Llama la atención la elección de líneas rectas para dar forma a la carrocería, lo que le da un aspecto cuadrado y contundente, faceta que refuerzan aún más la enorme parrilla delantera y los pasos de rueda.
La propia marca afirma que es un modelo pensado para “conductores con un estilo de vida en el que trabajo y diversión encajan sin problema”, algo por lo que la versatilidad cobra mucha importancia. El hecho de que las puertas traseras sean corredizas facilita el acceso al interior, y el portón del maletero se abre dejando una enorme boca de carga; plegando los asientos, incluido el del copiloto, se consigue una superficie que permite transportar objetos de hasta tres metros de largo.
El Toyota TJ Cruiser utiliza una mecánica híbrida con motor de combustión de dos litros, cuenta con sistema de tracción integral y está desarrollado sobre la plataforma TNGA de la marca. Por el momento Toyota no ha aclarado si de él derivará un modelo de producción.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.