Las carreteras españolas están cada vez más vigiladas por dispositivos capaces de poner multas. Radares y cámaras son ya elementos habituales en el paisaje urbano y extraurbano, pero dependiendo del lugar en el que se encuentren son gestionados por la Dirección General de Tráfico (DGT), las comunidades autónomas o los ayuntamientos.
La Unidad Halcón es uno de los últimos casos, operada por la Policía Local de Granada. Se trata de un dron equipado con cámaras de alta definición capaz de recoger infracciones a distancia, aunque no todas ellas.
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No es un dron con tecnología de radar, por lo que es incapaz de detectar los excesos de velocidad. Sin embargo, la calidad de su cámara sí que permite registrar otras actitudes sancionables, como utilizar un carril bus cuando no se debe, aparcar mal o usar el móvil mientras se va al volante.
El cuerpo policial granadino ha compartido en sus redes sociales un breve vídeo en el que capta dos infracciones en tan solo 40 segundos y, como se puede apreciar, la alta calidad de la imagen no deja lugar a dudas ni de los hechos ni del número de matrícula de los vehículos, por lo que recurrir la denuncia será bastante complicado.
El uso de drones para vigilar las carreteras es cada vez más común y es que el coste de ponerlos en el aire y operarlos es mucho más barato que el de los helicópteros Pegasus de la DGT, por ejemplo. Además, su maniobrabilidad y tamaño comedido hace que puedan utilizarse en zonas urbanas de manera más sencilla.
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