Los todocaminos son los coches de moda en el mercado del automóvil y, dentro de ellos, es el de los SUV compactos el segmento que ha demostrado ser el más lucrativo. Es lógico, pues, que todas las marcas quieran estar presente en él y, a ser posible, diversificando su oferta con varios modelos. El Volkswagen T-Roc es la apuesta más fuerte de la marca alemana en este sentido, buscando incluso superar en ventas a su hermano mayor, el Tiguan.
Cuando vea la luz en noviembre se convertirá en el todocamino de acceso a la gama y, aunque la plataforma en la que se basa es la del nuevo Polo y el nuevo Golf, sus dimensiones son incluso superiores a las de este. Mide 4.234 mm de largo, 1.819 mm de ancho y 1.573 mm de alto, lo que le sitúa claramente como un rival del exitoso Seat Ateca o, sin salir del propio Grupo Volkswagen, del Skoda Karoq.
Respecto a ellos contará con la ventaja de una imagen muy desenfadada, algo que llama la atención tratándose de un Volkswagen, y que respeta prácticamente todos los rasgos del prototipo que se dio a conocer hace ya varios años. El frontal tiene mucha personalidad, con un conjunto formado por parrilla y grupos ópticos con un marco cromado, entradas de aire con la misma solución y una ancha parrilla inferior con trama de panal de abeja.
Todos los bajos del Volkswagen T-Roc cuentan con unas finas protecciones de plástico que se refuerzan con placas de aluminio en frontal y zaga, y toda la carrocería está surcada por nervios rectilíneos que definen una musculada silueta. Recurre a la cada vez más socorrida opción de pintar el techo en un color secundario, que en esta ocasión también se amplía a las carcasas de los retrovisores.
La distancia entre ejes, de 2.603 milímetros, augura una respetable habitabilidad interior para sus cinco pasajeros. El maletero mejora su accesibilidad respecto a los compactos de la marca (debido a estar situado en una posición más elevada) y también su capacidad, partiendo de unos respetables 445 litros que, con los asientos traseros plegados, pueden aumentar hasta los 1.290.
El interior repite ese carácter jovial que se aprecia en el exterior, apostando por molduras en el mismo color de la carrocería que recorren las puertas, el salpicadero y la columna central; así como tapicería a juego. Además del nivel de equipamiento básico están disponibles los Style, Sport y R-Line que aumentan su dotación. Desde la versión de acceso cuenta con un cuadro de instrumentos totalmente digital de 11,7 pulgadas y con una pantalla para la consola central de 6,5 que en las superiores crece hasta las 8”.
También de serie son los numerosos elementos de seguridad, tales como el sistema de detección de peatones con frenada de emergencia en ciudad, el freno multicolisión y el avisador de cambio de carril involuntario. De manera opcional se pueden añadir hasta 11 extras, entre ellos alerta de tráfico trasero cruzado, control de crucero adaptativo, detector de fatiga, reconocimiento de señales y avisador de punto ciego.
La oferta mecánica del Volkswagen T-Roc está formada por seis bloques, tres gasolina y tres diésel. Los primeros son el 1.0 TSI de 115 CV, el 1.5 TSI de 150 CV y el 2.0 TSI de 190 CV. Los de gasóleo son un 1.6 TDI y dos 2.0 TDI de idénticas potencias. Según el propulsor elegido, este se podrá combinar con una caja de cambios manual o automática, así como con la tracción delantera o la integral.
Falta por definir la lista completa de precios, pero se sabe que la versión de acceso costará cerca de 20.000 euros.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.