¡Oh, los atascos! Esa manera de poner a prueba tu paciencia y estabilidad mentalidad, el largo tiempo para perfeccionar tus lip-dubs con las canciones de la radio, los improperios dados y recibidos para empezar bien la mañana o para terminar como se merece una dura jornada laboral… Si en un embotellamiento normal ocurre todo eso y más, no queremos ni imaginarnos lo que tuvo que dar de sí este ‘atasquito’ a las afueras de Pekín.
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