A la vista del Eagle EG6330K, muchos experimentarán un viaje en el tiempo que los transportará a los años cincuenta del pasado siglo. Pero no es un ejemplar clásico, ni una réplica nostálgica del legendario Isetta de BMW. Se trata de un moderno coche eléctrico urbano desarrollado y que espera ser producido en serie para el mercado chino.
Por dentro es un vehículo de cuatro plazas con asientos independientes y que incluso se permite un minúsculo maletero de 20 litros de capacidad. Bajo su capó alberga un motor eléctrico de 5,3 CV que, a diferencia del Isetta original, se halla en posición delantera. Es alimentado por baterías convencionales de 72 kWh, que dotan al Eagle de una autonomía de 120 kilómetros con una velocidad máxima limitada a 60 km/h.
Por fuera, los diseñadores de Eagle no se han andado por las ramas y, como suelen hacer habitualmente sin demasiado pudor, han reproducido fielmente el diseño del popular Huevo que rodaba por las calles de las ciudades europeas hace seis décadas.
A diferencia de su antecesor occidental, al Eagle no se accede por un portón frontal, sino por cuatro puertas convencionales. Con tan sólo 3,30 metros de largo y 750 kilos de peso, el Eagle EG6330K pasará a engrosar esos variopintos y exóticos vehículos que se ven circular por las urbes de China y que no muestran ninguna ambición comercial de acceder a los mercados occidentales.
El modelo que salvó a BMW
El coche en el que se ha inspirado el Eagle chino tuvo un papel destacado en tiempos de postguerra, además de una importante trascendencia para una de las marcas de automóviles de mayor prestigio como es BMW. Tras la II Guerra Mundial, la economía y la industria europeas se encontraban exhaustas. La necesidad de transporte acuciaba y entonces comenzaron a proliferar vehículos asequibles y baratos de fabricar, muchas veces aprovechando elementos sobrantes de la industria y la chatarra bélicas.
BMW se encontraba en una situación difícil. Parte de sus fábricas, donde se habían montado entre otros los motores de aviación que equipaban a los temibles Stuka, quedaron reducidas a escombros. Y otras que habían sobrevivido a los bombarderos aliados y dedicadas a la producción de automóviles quedaron bajo control soviético en territorio de la RDA.
Durante el Salón del Automóvil de Ginebra de 1954 , el importador suizo de BMW se fijó en un minúsculo coche italiano biplaza de motor monocilíndrico, el Isetta Isomoto, y convenció a BMW para hacerse con su licencia de fabricación. La marca alemana lanzó una primera serie en 1955 que tuvo un éxito inmediato y en 1957 presentó la versión de carrocería alargada para cuatro plazas, el Isetta 600, que es sobre el que se ha inspirado la firma china Eagle.
Es aventurado pensar que sólo gracias al Isetta (o Huevo, como fue apodado castizamente en España) sobrevivió BMW. Pero sin lugar a dudas ayudó mucho a la marca a expandirse, ya que se fabricó hasta 1962 y fue exportado a países tan lejanos como Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda y Australia. Sobre todo ayudó a la firma bávara a mantenerse en el mercado en esos difíciles años hasta la llegada del BMW 700, el utilitario que relanzó definitivamente a la marca de la hélice.
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