El astronómico precio del primer Ferrari eléctrico

Poco a poco todas las marcas están apostando por la movilidad eléctrica. Unas se han resistido más que otras, pero la inmensa mayoría o bien tienen o bien próximamente tendrán un modelo de cero emisiones en sus filas. El de Ferrari es uno de los que más expectación genera; ya se sabe que se presentará a finales de 2025 e incluso hay precio estimado.

Según apunta Reuters, una fuente cercana a la marca italiana ha situado en 500.000 euros el punto de partida de la tarifa del vehículo.

Con medio millón de euros se convertiría en el eléctrico más caro del mundo, dejando a un lado modelos de tiradas muy limitadas como hiperdeportivos. No solo eso, supondría un aumento considerable sobre el precio medio de los modelos del fabricante, que en 2023 fue de 350.000 euros.

Es más, el medio apunta a que la mencionada tarifa sería el coste mínimo que tendría el primer Ferrari eléctrico, pero que podía ser incluso superior. A esto habría que sumar todo lo referente a la personalización por parte de los clientes, que en el caso de Ferrari supone engrosar entre un 15 y un 20% la cuantía final.

Respecto al por qué de un precio tan alto, el analista Andrea Balloni apunta a que se debería al objetivo de mantener los márgenes de beneficio a los que acostumbra la compañía, compensando los altos costes de desarrollo de la nueva plataforma, así como al hecho de que varios componentes no serán producidos por la marca, si no que se adquirirán a proveedores externos.

El propio Balloni señala que espera “que el nuevo vehículo eléctrico sea un modelo de nicho y represente poco más del 10% de las ventas anuales”. Se trata de una previsión lógica dado que los clientes del fabricante son seguidores principalmente de las mecánicas de combustión.

Los planes previos a la llegada del Ferrari eléctrico

Además, antes de la llegada del vehículo, Ferrari ha inaugurado un nuevo edificio para albergar el desarrollo del mismo, en el que ha invertido unos 200 millones de euros y que tiene 42.500 metros cuadrados. Con él, la producción anual de la firma pasará de los 14.000 coches de 2023 hasta los 20.000.

Esto ha generado cierta preocupación, como ya ocurrió con la puesta a la venta del Ferrari Purosangue, por la posible pérdida de exclusividad asociada a la compañía.

Sin embargo, Fabio Caldato, gestor de cartera de AcomeA SGR, que posee acciones de Ferrari, explica que no será un problema: “Hay una demanda creciente de Ferraris y tienen espacio para satisfacer parte de ella sin comprometer la exclusividad”. La lista de espera es de dos años y “esto no se va a acortar. Estar en la lista de espera es en sí mismo un símbolo de estatus”.