Pocos fenómenos de la historia del entretenimiento reciente tienen tanta repercusión como cada capítulo de ‘Juego de Tronos’. La saga ‘Canción de hielo y fuego’ resurgió con más fuerza que nunca hace unos años al transformarse en serie de televisión y desde entonces HBO se frota las manos.
Los inocentes telespectadores (al contrario que los lectores, que ya sabían de que iba el asunto) se quedaron de piedra con el final de la primera temporada, al descubrir que sus personajes favoritos podían morir. Desde entonces, cada episodio es un acto de semimasoquismo, con un visionado obligatorio para el fan, que sufre y cruza los dedos para que la próxima cabeza que ruede (o cuerpo que se ensarte) no sea la de su protagonista fetiche.
Pero, ¿y qué hace George R.R. Martin, creador de este fenómeno mundial, cuando no está jugando con los sentimientos de sus incontables legiones de seguidores? En teoría, terminar el sexto libro de la saga, que ya va con retraso respecto a la nueva temporada de la serie. Sin embargo, hace poco ha quedado claro que puede que sea un poco petrolhead, o mejor dicho electrichead ya que conduce un Tesla Model S. El autor se refiere a su coche así: «Es bonito, es cómodo y va como un murciélago del infierno».
Hace poco estuvo con su capricho (acabado en morado) en una reunión de propietarios de Tesla en Santa Fe.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.