El sistema que acaba con uno de los problemas de la recarga de los coches eléctricos

Colocar puntos de carga en postes de la luz, en lo alto y con cables retráctiles, es una alternativa interesante para el sector.

Recarga coches eléctricos

La recarga del coche eléctrico es uno de los principales cambios que tiene que afrontar quien da el salto a los vehículos de cero emisiones. Hacerlo en casa es algo que no se tarda en dominar, pero en la calle hay opciones muy variadas, por lo que cuesta algo más entender el complejo sistema de operadores, potencias de carga, etc.

Algo que es común a todas ellas es el hecho de que son estaciones creadas exprofeso, en ocasiones dentro de gasolineras y estaciones de servicio, y en otras directamente creando plazas de aparcamiento específicas que cuentan con un puesto de carga al lado.

Lo que también es norma es que utilizan cables que, en muchos casos, mientras se está cargando el coche están arrastrando por el suelo, lo que hace que se puedan pisar, que un coche les pueda pasar por encima, etc. Además, están al alcance de cualquiera, lo que ha hecho que haya un creciente problema de robos de cable de cargador por el valor que tiene el cobre que contienen.

Así, aunque en su estado actual son prácticos, cuentan con una serie de inconvenientes, inconvenientes que soluciona una práctica propuesta que todavía no está muy extendida: cargadores retráctiles que aprovechan los postes de la luz.

Postes de carga antirrobo

Este sistema aprovecha la red eléctrica existente, instalando los cargadores en los postes de la luz, por lo que no hay que crear un cableado específico, y los sitúa en una posición elevada, por lo que no restan espacio a la acera y, al estar fuera de alcance, dificulta a los ladrones su labor.

Además, el cable está recogido dentro de la caja y no se despliega hasta que el usuario, utilizando una app, escanea el código QR correspondiente al cargador. En ese momento se descuelga, el usuario lo coge y, utilizando una pestaña, la pulsa si necesita longitud de cable adicional para conectarlo al puerto de carga de su coche.

Una vez termina todo el proceso, es tan sencillo como desenchufarlo y, automáticamente, el cable se recoge y vuelve a su posición original.

Por el momento es una solución que no ha salido de Estados Unidos, pero que supone una alternativa interesante, sobre todo a medida que crezca el parque de coches eléctricos.

Uno de los mayores problemas al que se enfrenta el ecosistema del automóvil es el de crear una red de recarga suficiente para abastecer a un número tan grande de vehículos de cero emisiones. Con este sistema, potencialmente cada poste de luz se puede convertir en un punto de recarga, aunque sea a baja potencia.

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