Elon Musk ha decidido posicionarse en la guerra entre Israel y Palestina. Así se desprende de su apoyo a los israelitas con las recargas de automóviles Tesla en los puntos de la compañía, que desde esta semana y hasta nuevo aviso se podrán realizar sin coste para sus propietarios en aquel país.
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Así lo anunció Musk a través de la red social X (antes Twitter), de la que es propietario, el pasado miércoles. Con un escueto mensaje que decía “Todos los Supercargadores Tesla son gratis en Israel”, el empresario materializaba su solidaridad con este país sin que existiera una determinación similar en el caso de Palestina.
La declaración del directivo de Tesla acumula ya más de cinco mil respuestas en su propia red social, un gran número de ellas criticando lo que consideran una discriminación hacia Palestina y sus preferencias por Israel, en muchos casos justificándolo por su relación con Estados Unidos.
Ante la avalancha de mensajes que cuestionaban su decisión, Musk intentó explicar las razones para la misma, respondiendo en el mismo hilo de publicaciones que atacaban su postura: “Me gustaría ayudar a los que en Gaza quieren la paz, pero no tengo forma de hacerlo. Quiero que todos los seres humanos sean felices, sin distinción de raza, credo, religión o cualquier otra cosa”.
E insistió en su respeto por el pueblo palestino al confiar, poco después, en que “la electricidad y otros servicios esencial sean restablecidos en Gaza lo antes posible”.
Tesla está presente en Israel desde 2021 y algunas fuentes estiman que desde entonces se han matriculado en el país unas diez mil unidades de sus diferentes modelos. Para su recarga se han instalado 22 puntos de alta velocidad por todo el país, al margen de los particulares de los que puedan disponer los propietarios de los automóviles de la marca estadounidense.
Esta de sus coches eléctricos no es la única polémica en la que se encuentra envuelto Elon Musk relacionada con el conflicto bélico en Oriente Medio. La Comisión Europea ha abierto una investigación a X por lo que considera difusión de mensajes desinformativos tras el ataque de Hamás. Bruselas ya había advertido a la empresa y ahora ha iniciado este proceso que pondría suponer una multa de hasta el 6% de su facturación mundial.
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