Hace apenas un par de días Jaguar declaró que a partir de 2020 todos sus modelos tendrán motor eléctrico. Esto implica tanto eléctricos puros como híbridos enchufables, pero aun así es toda una declaración de intenciones que demuestra los derroteros que está tomando la industria. Para respaldar esta afirmación, el fabricante británico no ha perdido el tiempo mostrando lo que está por venir, y el Jaguar Future-Type es su previsión de lo que ocurrirá en 2040.
Su futurista estética, que lo asemeja casi más a una cápsula que a un coche, es aquí lo de menos. Lo importante son los pilares sobre los que se ha desarrollado y que, a todas luces, serán las bases de la movilidad del futuro.
El primero es que se trata de un vehículo 100% eléctrico, los combustibles fósiles no tienen hueco en el futuro. Los demás están entrelazados entre sí en una metáfora de lo que será la movilidad de las próximas décadas: es conectado, compartido y autónomo.
El coche en propiedad no tendrá sentido y en su lugar se instaurará un sistema en el que lo único que poseerá cada usuario, según Jaguar, será el volante. Sí, un volante llamado Sayer capaz de interactuar con su dueño, cumplir sus peticiones, trasladarlo de un lugar a otro o realizar tareas como, por ejemplo, llevar a los niños al colegio.
La compañía afirma que cuando así se desee, se podrá conducir en modo manual, pero lo habitual será no hacerlo, por lo que el interior tiene una configuración 2+1 que permite a los asientos girarse para crear el ambiente propio de una sala de estar. Jaguar afirma que la combinación del sistema autónomo con las reducidas dimensiones del Jaguar Future-Type redundará en numerosos beneficios para la movilidad: tráfico más fluido, aumento de la seguridad, mayor maniobrabilidad, más capacidad de aparcamiento…
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