Un nuevo estudio descubre otra importante pega de los coches eléctricos

Cuando un coche sale del concesionario, automáticamente pierde valor. Sin embargo, no todos los automóviles se deprecian de la misma manera. Varía según si se trata de modelos generalistas o de marcas prémium, pero también afecta de manera importante el tipo de sistema de propulsión que utilice.

Según un reciente estudio publicado por iSeeCars, los coches eléctricos salen peor parados en este aspecto, y es que durante el primer año en la carretera, los modelos de esta naturaleza pierden valor con mucha más rapidez: casi un 50% más en comparación con vehículos similares.

Karl Brauer, analista ejecutivo de la compañía, explica: “Los compradores de automóviles que buscan el mejor valor a menudo compran modelos usados ​​en lugar de nuevos. Aunque un automóvil de segunda mano casi siempre cuesta menos que uno nuevo, algunos modelos pierden más del 25%después de solo un año, brindando a los compradores una experiencia de propiedad casi nueva con un ahorro sustancial”.

Esto, que es una ventaja para el comprador del vehículo usado, es un inconveniente para quienes los adquieren nuevos y, por el motivo que sea, se ven obligados a venderlos pronto.

Hay ciertos modelos que conservan un valor residual notable tras su primer año de vida, como se muestra en el informe con los casos del Land Rover Range Rover, del Kia Rio (sorprendente, al tratarse de un modelo generalista) y del Mercedes Clase G.

Sin embargo, eso no es lo habitual, y la tendencia a la depreciación temprana es mucho más acusada entre los coches eléctricos. No solo porque algunos modelos rocen una pérdida de valor del 50%, sino porque, aun siendo un tipo de mecánica con poca expansión, copan cinco de los primeros 10 puestos.

La lista es la siguiente:

• Mercedes EQS: -47,8%
• Nissan Leaf: -45,7%
• Jaguar F-Pace: -35,4%
• Alfa Romeo Giulia: -33,4%
• Kia EV6: -33,3%
• Hyundai Ioniq 5: -32,9%
• Volkswagen ID.4: -32,9%
• Alfa Romeo Stelvio: -32,3%
• Nissan Murano: -32%
• Mercedes Clase S: -31,5%

Una tendencia que empeora con la antigüedad

Sorprende el grado de depreciación de los coches eléctricos en un periodo tan temprano de su vida, puesto que a efectos prácticos en solo un año son prácticamente coches nuevos y los factores que hacen que se desconfíe de un cero emisiones todavía no han entrado en acción.

Y es que el comprador de segunda mano tiende a desconfiar de un eléctrico porque con mucho uso y según los hábitos de carga del usuario, la batería puede haberse degradado mucho, y el reemplazo de esta puede ser incluso más caro que el propio automóvil.

Esto es lo que hace que, a medio plazo, los cero emisiones sean los vehículos que más se deprecian de todos los que se venden en la actualidad.

Según un informe elaborado por GANVAM-DAT, con tres años de antigüedad y 60.000 kilómetros, los eléctricos solo conservan el 52,9% de su valor original, muy lejos del resto de mecánicas. La siguiente peor, los híbridos enchufables, mantiene el 66,5%.