Hace poco un estudio desveló que la seguridad al volante se ha colocado como uno de los puntos más importantes a la hora de comprar un coche, adelantando a otros aspectos habituales como el gasto de combustible o la fiabilidad.
Las pruebas de choque que realizan tanto el Euro NCAP como organismos homónimos, así como las puntuaciones globales que otorgan a los vehículos, que permiten comparar de una manera rápida a unos con otros, han sido clave para que el público dé a la seguridad la importancia que se merece. El último en someterse a dicho test ha sido el Tesla Model X.
Y no le ha ido nada mal al SUV de la compañía de Elon Musk, pues ha sacado un resultado de cinco estrellas en las pruebas de la NHTSA (National Highway Traffic Safety Administration) estadounidense. De hecho, ha conseguido la segunda mejor puntuación histórica otorgada por el organismo, solo superado por su hermano, el Tesla Model S.
El todocamino se ha sometido a diversas pruebas entre las que se encuentran un choque frontal a 56 km/h contra una barrera fija, un impacto lateral a 62 km/h contra una barrera móvil y un choque contra un poste fijo a 32 km/h.
Ha salido airoso de todas ellas y su naturaleza eléctrica ha ayudado a ella bastante, por ejemplo, con un centro e gravedad muy plano gracias a las baterías en el suelo del coche, lo que hace difícil que vuelque; o con el capó sin motor dentro, lo que permite a la estructura deformarse y absorber la fuerza del impacto.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.