La compra de un coche nuevo es una inversión que requiere un gran esfuerzo económico, pero este puede compensarse en parte con algunas soluciones rápidas y eficaces. Y no se trata solo de compartir los gastos de la gasolina con los compañeros de trabajo, sino de ideas un poco más elaboradas. Algunas muy conocidas y todas bastante sencillas de llevar a cabo.
Viajes colaborativos
Junto con el alquiler de viviendas propias para vacaciones, es uno de los servicios de economía colaborativa que mejor funciona. Se trata de compartir coche con viajeros que quieran hacer la misma ruta o llegar al mismo destino.
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No se gana mucho dinero, pero sí lo suficiente como para cubrir los gastos de un viaje que ya pensaba hacerse. E incluso para un futuro cambio de ruedas.
Hay varios servicios de este tipo. El más conocido es BlaBlaCar, que ya lleva años funcionando perfectamente. Basta con inscribirse como conductor, subir las propuestas de viaje, fijar el precio e indicar las preferencias sobre mascotas, niños, música y tabaco. Otra plataforma de viajes colaborativos es Amovens.
Alquilar el coche
Una buena solución para quienes no se desplacen a diario es alquilar el coche propio. En este caso, el método más directo es anunciar el vehículo en aplicaciones como SocialCar o Getaround. También Amovens ofrece este servicio. Pueden ganarse hasta 400 euros al mes, según el modelo.
El funcionamiento es sencillo. Hay que darse de alta, establecer un precio de alquiler (por horas o por días) y marcar la disponibilidad del vehículo en el calendario. Estas plataformas permiten incluso instalar un dispositivo en el coche para que los usuarios puedan abrirlo con el móvil y no necesiten quedar con el propietario para la entrega de llaves.
¿Y qué pasa si hay un golpe o accidente? No hace falta un seguro a todo riesgo, ya que estas compañías tienen acuerdos con las aseguradoras.
El caso de Lynk & Co
El SUV de origen chino Lynk & Co 01 es un caso especial de la solución anterior. Ni siquiera hace falta que comprar el coche para utilizarlo. Se puede contratar por meses, con una tarifa plana de 500 euros mensuales con todo incluido, que puede ser mucho menos si se comparte con otras personas. La propia marca ha desarrollado una aplicación para realquilar el vehículo tantas veces como se quiera.
Un coche anuncio
Otra idea para financiar el coche es convertirlo en una valla publicitaria móvil. Es cierto que resulta un poco llamativo, pero es posible cobrar hasta 400 euros al mes.
Todo depende de la duración de la campaña, del tamaño de tu vehículo y del recorrido diario que se haga. Cuantos más kilómetros se recorran por lugares concurridos, más fácil será ganar dinero.
Este servicio lo ofrece por ejemplo Ad-Car, que exige algunos requisitos para contratar los coches. Deben encontrarse en buen estado y tener menos de cinco años, ya que las marcas no quieren asociar su imagen a modelos antiguos o descuidados. No necesariamente tienen que ser coches bonitos: las furgonetas de reparto, que se mueven mucho, resultan muy atractivas en este negocio.
Alquilar la plaza de garaje
Una última solución, no tan común y peor organizada, es compartir la plaza de garaje. Muchos conductores lo hacen por medio de Wallapop y otras plataformas de anuncios: se han creado algunas aplicaciones, pero no han funcionado bien.
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