En Francia, los puntos del carnet de conducir de personas fallecidas no desaparecen: se venden. Un vacío legal ha dado lugar a todo un mercado negro. ¿Quién se beneficia de este negocio y cómo ha logrado esquivar el control durante años?
Más información
Según el Observatorio Nacional de Seguridad Vial de Francia, cada año, más de 55.000 conductores pierden su carnet de conducir porque se quedan sin los 12 puntos de saldo.
Para evitarlo, algunos optan por comprar puntos o pagar a alguien para que acepte ser identificado como el autor de la infracción. En España, esto se conoce como el truco del tío o del abuelo: eligen a un familiar que, por diversas razones, no conduce a menudo y que, además, tiene todos los puntos del carnet para identificarle como el infractor.
Negocio con el carnet de los fallecidos
En Francia han ido un paso más allá. Cuando un conductor fallece, los herederos deben dar de baja su carnet de conducir: un trámite que no es obligatorio. Por esta razón son muchos los que no lo llevan a cabo.
Ahora mismo, el sistema nacional de permisos de conducir cuenta con más de 53 millones de usuarios. En 2019 abrieron los archivos de defunciones del Instituto Nacional de Estadística y de Estudios Económicos (INSEE) para poder actualizar el registro de carnets y minimizar esta práctica.
Puntos por 1.000 euros
Francia es vulnerable a una práctica donde entra la ética personal. Son muchos los que aprovechan esta laguna legal para atribuir a los difuntos las infracciones que implican la retirada de puntos y no al conductor que cometió la infracción. También para comprar el saldo que necesitan.
A pesar de las fuertes sanciones que enfrentan tanto el comprador como el vendedor, hay todo un negocio lucrativo e inmoral. Le Figaro informa de que en las webs de anuncios clasificados, como LeBonCoin, y en las redes sociales, se ofrece la oportunidad de comprar puntos por 1.000 euros.
Estas plataformas eliminan este contenido ilegal tan pronto como lo detectan, pero no logran evitar que aparezcan otros inmediatamente. Los ciudadanos, por su parte, pueden usar plataformas como Pharos para denunciar “redes o sitios web vinculados al tráfico de puntos para contactar con los servicios de investigación”.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, Twitter o Instagram
Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.