Los controles de alcoholemia ponen nervioso a cualquiera. Aunque bien es cierto que aquellos conductores responsables que no beben ni una gota de alcohol al coger el coche pueden enfrentarse al alcoholímetro con mucha más tranquilidad.
Eso sí, no solo con las bebidas alcohólicas hay que tener cuidado. Hay una serie de alimentos que también pueden influir en la tasa de alcohol en aire espirado que arroje el alcoholímetro.
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Obviamente, los caramelos y bombones rellenos de licor son los primeros productos en la lista de aquellos que pueden hacernos dar positivo en un control de alcoholemia, pero hay otros, como ciertas frutas, que también pueden ser traicioneros, pese a que pasen desapercibidos.
Por ejemplo, cuando los plátanos o las uvas están muy maduros, sufren un proceso de fermentación en el estómago que produce alcohol. Habría que exagerar en la ingesta de estas frutas, pero en estas circunstancias se podría llegar a niveles suficientes como para aparecer en un control de alcoholemia.
El fruto del madroño, peligroso
Otra de las frutas que pueden hacer pasar un apuro a la hora de enfrentarse a un control de alcoholemia son las del madroño, el símbolo de la ciudad de Madrid. Y es que este fruto contiene, per se, alcohol.
Esta característica es causa de la fermentación natural de los azúcares presentes en el fruto del madroño, que llegaría a causar síntomas similares a los de la embriaguez si se consume en exceso. Por eso, no es recomendable comer madroños en grandes cantidades.
Finalmente, los panes y otros bollos que llevan semillas de amapola no arrojarían un resultado positivo en el control de alcoholemia, pero sí en el droga. Y es que las semillas de las amapolas pueden contener trazas de morfina en bajas cantidades, por lo que exagerar en su consumo conllevaría no superar un control de drogas.
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