Se llama Flavia y viajó entre Campinas y Sao Paulo, en Brasil: fue la cliente con la que BlaBlaCar ha alcanzado este año los cien millones de usuarios. En España son siete millones después de 12 años de funcionamiento de la plataforma, que en el pasado puente del Pilar logró cifras de reservas superiores a las de 2019.
Casi un 15% de los españoles ya es usuario de BlaBlaCar. Porcentaje que se eleva al 37% en el caso de los jóvenes entre 18 y 35 años. La distancia media que recorren en cada viaje compartido es de 270 kilómetros, 14 kilómetros más que en 2020, a un precio medio de 12 euros por viaje.
Más información
Y aunque la edad media de la comunidad ha crecido hasta los 32 años, el perfil por sexos sigue siendo muy homogéneo: la mitad de hombres (53%) y la mitad de mujeres (47%). La comunidad autónoma con más usuarios de la plataforma es Andalucía con más de dos millones, seguida por la Comunidad de Madrid con más de un millón y la Comunidad Valenciana con casi 900.000.
Cómo funciona BlaBlaCar
BlaBlaCar pone en contacto a conductores que publican sus trayectos previstos en la web (o en la app) y a viajeros que desean sumarse a esos viajes, de modo que comparten los gastos de gasolina para ahorrar en el desplazamiento. El propietario del coche sufraga parte del desplazamiento y el pasajero, por su parte, paga menos de lo que le supondría el mismo viaje en transporte público.
Cuando un usuario organiza su viaje de larga o corta distancia, debe indicar el trayecto y el precio por cada plaza y tramo. Según indica la compañía, el precio lo fija el conductor cuando publica su viaje, sin posibilidad de negociar ni de aplicar distintas tarifas entre viajeros. El precio es libre, pero se recomienda respetar unos límites razonables teniendo en cuenta la comodidad del coche o la disponibilidad para desviarse.
“El precio no puede nunca exceder el techo impuesto por BlaBlaCar para asegurar que los costes son bien distribuidos y que el conductor no tenga beneficio”, marca la empresa. Como referencia, los trayectos más frecuentes en España son Madrid-Valencia (con un precio medio de 21 euros) y Granada-Málaga (ocho euros).
Normas básicas
Los “principios de la comunidad” parten de la buena predisposición y la confianza mutua de los usuarios. Al conductor se le pide que cuide a los pasajeros y escuche sus solicitudes “dentro de lo razonable”. También se da por hecho que deben conducir “de forma segura y tranquila”, concentrados en la carretera y alertas. Y, como norma de cortesía básica, se le pide puntualidad y que deje a los usuarios en el lugar de llegada establecido.
Los pasajeros, por su parte, deben saber que “el conductor no es un taxista” a su disposición. No deberían llegar tarde ni cancelar a última hora, ni tampoco hacer peticiones desmedidas, como un desvío de 45 minutos, por ejemplo. Y debe respetar aspectos como los gustos musicales del conductor o la prohibición de fumar en el coche, por ejemplo.
¿Es obligatorio hablar en un BlaBlaCar?
La propia compañía indica que no, y resuelve así esta cuestión: cuando se crea el perfil, el usuario puede indicar sus deseos de conversación con tres posibilidades (Bla, BlaBla o BlaBlaBla). Se recomienda romper el hielo para lograr un viaje cómodo, pero se da por hecha la posibilidad de tener un mal día: “Es comprensible que estés cansado o que no te apetezca charlar. No tienes que hacerlo si no te apetece”.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, X o Instagram