No se puede retrasar: cuando toca cambiar los neumáticos, hay que hacerlo. Un coche solo apoya sobre sus ruedas y, si están en mal estado, perderá agarre y capacidad de respuesta, y la seguridad se verá comprometida, especialmente ante maniobras de emergencia: frenadas a fondo, volantazos para esquivar un obstáculo…
Los neumáticos deben ser sustituidos, por ley, si la profundidad del dibujo baja de 1,6 milímetros, que es el mínimo legal. Pero también convendría reemplazarlos si presentan grietas, zonas cuarteadas, ampollas, deformaciones u otros daños, que suelen verse además a simple vista.
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La mayoría de modelos incluyen marcadores de desgaste. A pesar de todo, todavía hay conductores que apuran sus gomas más allá de lo sensato, o que circulan con ellas en mal estado, incluso con los alambres internos ya a la vista. Según un estudio de la compañía Euromaster, el 30% de accidentes ocurridos en época invernal están provocados por el estado deficiente de las ruedas. La profundidad del dibujo ayuda, entre otras cosas, a contar con surcos suficientes para poder evacuar el agua y evitar que el coche patine (aquaplaning).
Pero en verano, con el calor, también hay riesgos, ya que sube la temperatura y la presión interna y, si la cubierta no está en orden, el peligro de reventón aumenta. Sobre todo si la banda de rodadura presenta daños o tiene ya muy poca profundidad, y se circulan muchos kilómetros seguidos con el coche cargado, como ocurre en un viaje de vacaciones de verano, por ejemplo. Mejor no arriesgar. Y así lo atestigua el RACE, que registra más incidentes relacionados con los neumáticos en cuanto se produce una ola de calor.
Vida útil: unos 30.000 kilómetros
Un neumático aguanta, de media, unos 30.000 kilómetros. Pero su vida útil puede reducirse o aumentarse, incluso hasta 20.000 y 40.000, principalmente por el tipo de compuestos que lleven: los de mayor adherencia o deportivos se gastan antes, pero refuerzan la seguridad, y los de baja resistencia a la rodadura o que favorecen el consumo, agarran menos y duran más, porque recogen gomas de dureza superior. Y responden peor ante una frenada de emergencia.
El estilo de conducción, el tipo de asfalto por el que se circule (más o menos abrasivo) y si el coche duerme en la calle o en garaje, son otros elementos que determinarán también la duración del neumático.
La organización técnica europea de neumáticos y llantas (ETRTO, por sus siglas en inglés), que regula los requisitos legales que deben cumplir, advierte de que las gomas pierden cualidades diez años después de su fabricación, y recomienda vigilarlas anualmente a partir de los cinco. En el lateral de los neumáticos hay una cifra de cuatro dígitos que indica cuándo se fabricaron: las dos primeras señalan la semana, y las dos siguientes, el año.
Segundas marcas, la primera opción
Todos los fabricantes conocidos y reconocidos cuentan con una o varias segundas marcas algo más económicas. Recogen unos estándares de calidad ligeramente inferiores, pero cumplen con todas las garantías. Y son la primera opción para ahorrar en la compra sin asumir riesgos, porque aseguran la seguridad y la fiabilidad.
Algunas de estas segundas marcas están muy bien valoradas en los estudios comparativos. Recientemente la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha examinado 25 marcas de neumáticos de las medidas más utilizadas en las berlinas y compactos, 205/55 R16 V y 225/50 R17 Y, respectivamente. Semperit, de Continental, y Falken, de Goodyear, obtuvieron unas excelentes notas, destacando por sus excelentes resultados en adherencia y distancia de frenado. Estas son las segundas marcas de los fabricantes principales:
- Michelin: Tigar, Kleber, Kormora, Riken, Taurus, Uniroyal USA y BF Goodrich.
- Bridgestone: Firestone, Achilles, Lassa, Nokian y Dayton.
- Continental: Barum, Blackstone, Euzkadi, General Tire, Gislaved, Mabor, Matador, Semperit, Sportiva, Uniroyal Europe y Viking.
- Goodyear: Dunlop, Debica, Falken, Sava, Kelly Tires y Fulda.
- Pirelli: Formula y Ceat.
- Hankook: Aurora, Laufenn y Kingstar.
- Sumitomo: Falken y Ohtsu Tires.
- CooperTires: Avon, Dean Tires, Mastercraft, Mentor, Roadmaster Tires y Starfire.
- Toyo Tires: Nitto y Silverstone.
- Kumho Tyres: Marshal Tires
Comprar neumáticos ‘online’
Otro opción para ahorrar. Internet es un medio perfecto para comparar precios y encontrar buenas ofertas en la compra de neumáticos. Las tiendas online disponen de un amplio catálogo de productos de todas las marcas y para todos los presupuestos.
Los neumáticos pueden adquirirse sin montaje y recibirse en el domicilio, o también ser enviados a un taller concertado, donde se encargarán de su instalación en el coche por una tarifa previamente establecida.
Ofertas estacionales
Los fabricantes (a través de sus distribuidores), las marcas de coches (en sus centros de posventa) y los talleres lanzan campañas periódicamente que permiten ahorrar unos cuantos euros.
Ofertas de dos por uno, montaje y equilibrado gratuito, seguros, regalos y descuentos son algunas de las promociones que se pueden encontrar al comprar neumáticos. Durante las semanas previas a los desplazamientos vacacionales (Semana Santa, verano y Navidad) es más fácil encontrar este tipo de promociones.
Permutar las ruedas
En los modelos de tracción delantera, que son la mayoría del mercado, las neumáticos delanteros se desgastan antes que los traseros. Y permutar las ruedas entre los ejes puede ser otra opción de ahorro.
Cuando los neumáticos delanteros estén aproximadamente a mitad de su vida útil, los traseros solo habrán empezado a desgastarse. Y si se intercambian, poniendo los traseros delante y pasar los anteriores detrás, se igualará el desgaste. De lo contrario, cuando los delanteros se acaben, habrá que poner unos nuevos que convivirán con unos traseros ya con bastante uso. Resulta vital, eso sí, mantener las ruedas en su mismo lado, y no mezclar las izquierdas con las derechas.
Permutar las ruedas refuerza por tanto la seguridad, pero también ayuda a ahorrar, porque el desgaste más uniforme de las cuatro ayudas maximiza la duración del conjunto y puede evitar el cambio de un juego completo cada 10 años, aproximadamente.
¿Consumo o agarre?
Los neumáticos son responsables del 20% del consumo de combustible del vehículo: cuanto mayor sea su resistencia a la rodadura, mayor será el gasto de carburante. Pero también será mayor el agarre y la capacidad de respuesta ante imprevistos.
La etiqueta del neumático, cuya última versión entró en vigor el 1 de mayo, proporciona la información necesaria para hacer la elección correcta. La eficiencia se expresa en letras, en una escala alfabética donde la A equivale a un menor consumo de combustible y la E a un mayor gasto (y mayor adherencia). Para comparar, un neumático clasificado como A permiten ahorrar unos 240 euros de carburante durante toda su vida útil frente a uno etiquetado como E.
Antes de decidirse, conviene también saber que cuanto mayor sea el nivel de resistencia a la rodadura mayor es el consumo, pero también mayor será el agarre y la eficacia de respuesta en curva y frenada. El aplomo y la estabilidad del coche, en definitiva.
A cada coche, su cubierta
Cada coche lleva un neumático, y aunque se admiten variaciones, tampoco conviene complicarse: mantener las características originales simplifica el proceso y ahorra dinero, porque instalar cubiertas más grandes, entre otras cosas, eleva el coste.
No hay que mantener la marca de goma con la que viniera el coche, pero sí las características del neumático. Y son tres: medidas (205/55 R16, por ejemplo), índice de carga (94 u otro), que hace referencia al peso que puede soportar la cubierta, y el código de velocidad (V, W, Y…), que señala la velocidad máxima admitida.
Neumáticos de segunda mano
Los neumáticos usados deben evitarse. “Aunque de entrada su precio sea menor, a la larga un neumático de segunda mano puede ser más caro”, dice un informe de la OCU publicado hace unos meses. El estudio llega a la conclusión de que el precio por milímetro de dibujo útil es igual o más caro en las gomas usadas. Además, estas deben sustituirse antes, ya que su desgaste es más rápido.
La OCU desaconseja su compra, por otra parte, porque es imposible conocer su vida anterior (como el trato recibido y sus posibles percances). En todo caso, si el usuario se decide por un neumático de segunda mano, debe examinarlo “meticulosamente”: revisar la profundidad del dibujo, verificar que no exista un desgaste irregular y comprobar la fecha de fabricación.
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