A principios de este año, la Policía Municipal de Madrid descubrió, en un control rutinario, que el pasajero de un VTC viajaba con dos millones de euros en efectivo. Los agentes procedieron a su detención y a la incautación del dinero, cuyo propietario no explicó el origen.
Pese al difundido uso de las tarjetas y otros sistemas telemáticos para pagar, muchos españoles siguen acostumbrados a viajar con dinero en efectivo para gastar en vacaciones. Quedan establecimientos, cada vez menos, que solo aceptan pagos en metálico, como los chiringuitos de la playa y vendedores ambulantes.
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Para los que prefieren sacar dinero en el cajero antes de emprender el viaje con coche a su lugar de vacaciones, es importante recordar que no se puede viajar con cualquier cantidad de efectivo.
La ley 10/2010 especifica que, dentro del territorio nacional, solo se puede circular (a pie, en coche o de cualquier otra manera) con un máximo de 100.000 euros. La mayoría de los españoles no deberían tener problemas con esta cantidad, pero nunca está de más conocer las normas. En el caso de entrar o salir de España, este máximo se reduce a los 10.000 euros.
Acreditar el origen y destino del dinero
No obstante, hay que precisar que no está prohibido, como tal, circular con más de esa cantidad en dinero en efectivo, da igual que sea andando o con el coche. La ley avisa que, a partir de esas cantidades, será necesario contar con un certificado que acredite la procedencia y el destino de ese dinero.
Así, en caso de viajar con una cantidad de efectivo mayor a 100.000 y 10.000 euros, el portador tendrá que contar con un documento donde aparezcan sus datos, los del propietario y el destinatario o remitente. También hay que detallar el importe transportado, su naturaleza y procedencia, el uso previsto del dinero y el itinerario y modo de transporte.
Estas medidas son las impuestas por la ley contra el blanqueo de capitales. Incumplirlas será motivo para recibir una multa desde los 600 euros hasta del doble de la cantidad de dinero en efectivo hallada. Mejor no jugársela y limitarse en las visitas al cajero antes de las vacaciones.
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