¿Cuál es el castigo por abandonar el lugar del accidente? El reglamento de circulación y el Código Penal van juntos

Los conductores deben permanecer en el escenario de un siniestro a menos que las consecuencias de este sean “claramente leves”.

Accidente
Es bueno saber si el coche ha tenido un accidente.

Los Mossos d’Esquadra buscan al conductor responsable de un atropello múltiple ocurrido este sábado en Granollers (Barcelona). El automovilista causó heridas de diversa consideración a ocho personas y huyó del escenario después de impactar con una farola. Varios testigos presenciales identificaron al autor.

En un caso de atropello múltiple como este o después de cualquier siniestro grave, el conductor tiene la obligación de detenerse, verificar el estado de las víctimas y prestarles auxilio. Lo impone así el artículo 129 del Reglamento General de Circulación y, por encima, en algunos casos el Código Penal exige responsabilidades a quienes abandonan el lugar del accidente. Marcharse tras un siniestro puede constituir un delito penal.

Delito de abandono del lugar del accidente

El Código Penal establece que un conductor comete un delito cuando abandona voluntariamente el lugar de los hechos (tras haber causado un siniestro con fallecidos o heridos) sin que haya riesgo para él o para terceros. No importa cuándo lo haga, si al momento o tres horas después.

“Lo que se considera importante es que la intención de abandonar el lugar es impedir ser identificado como responsable del siniestro”, matiza el abogado especializado en accidentes de tráfico Jorge Escudero en un artículo publicado en internet.

Estos hechos se castigan con penas de cárcel de tres a seis meses –si el accidente es fortuito– o de seis meses a cuatro años –si el abandono tiene “su origen en una acción imprudente del conductor”, dice el Código Penal–. Además, se añade la retirada del permiso de conducir de uno a cuatro años o de seis meses a dos años, respectivamente.

Obligación de auxilio

Las exigencias del Reglamento General de Circulación van por similar camino. El artículo 129 impone a los implicados en un siniestro vial (“en la medida de lo posible”) la obligación de detenerse sin entorpecer la circulación, esforzarse por restablecer o mantener la seguridad del tráfico y prestar auxilio a las víctimas.

Además, entre otros puntos, el reglamento exige “avisar a la autoridad” si hay heridos graves o fallecidos, así como permanecer en el lugar del accidente. En estos casos graves, los conductores o pasajeros no pueden modificar “el estado de las cosas y de las huellas u otras pruebas que puedan ser útiles para determinar la responsabilidad”.

Cuando solo se han producido “heridas claramente leves”, la seguridad de la circulación está restablecida y “ninguna de las personas implicadas en el accidente lo solicita” no hay obligación de quedarse.

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