La forma más eficaz de salir airoso de un control de alcoholemia es no haber ingerido bebidas alcohólicas, pero un estudio de la aseguradora Línea Directa afirma que uno de cada tres conductores cree que existen trucos para superar con éxito las mediciones después de haber bebido.
De hecho, un 10% de los conductores reconoce que los ha probado para no llegar al límite legal en el alcoholímetro. Pero ¿son realmente eficaces?
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¿Medicamentos reductores de alcoholemia?
Es falso que estos productos, comercializados generalmente por internet, tengan este efecto, y la DGT advierte de que algunos incluso incrementan los efectos del alcohol en el organismo.
No existen fármacos que puedan reducir rápidamente el nivel de alcoholemia. Los medicamentos para el tratamiento del trastorno por consumo de alcohol, como el disulfiram, la naltrexona y el acamprosato, están diseñados para ayudar a reducir el consumo a largo plazo y no para hacerlo de forma inmediata.
Tampoco la vitamina B, que se suele prescribir para tratamientos de alcoholismo, funciona contra los efectos inmediatos de la bebida, lo mismo que los inhaladores para las enfermedades asmáticas.
La única manera segura y efectiva de reducir es dejar que el cuerpo metabolice el alcohol con el tiempo. Esto puede variar según factores como el peso corporal, el metabolismo y la cantidad de alcohol consumido.
¿Y el café reduce la tasa de alcoholemia?
Es cierto que determinadas sustancias como el café, la pasta dentífrica, el chicle o los caramelos son capaces de absorber mínimas cantidades de alcohol en la boca, pero de ningún modo su presencia en el aire alveolar, justo lo que se mide en estos controles.
Ejercicio y sudor: ¿sirven?
La base para esta creencia es que forzando la circulación sanguínea mediante el ejercicio se puede acelerar la eliminación del alcohol a través de la sudoración. Sin embargo, el incremento en esa velocidad es mínimo, por lo que su efecto resulta inapreciable. Y, en determinadas condiciones, realizar esfuerzos intensos puede ser incluso contraproducente para la salud.
Beber mucha agua
Si se incrementa el consumo de agua, lo hace de forma proporcional la eliminación de líquido, pero precisamente lo que se expulsa es eso: agua. La cantidad de alcohol desprendida por este procedimiento es muy pequeña y el efecto sobre la medición apenas resulta significativo.
Esperar un par de horas
La presencia del alcohol en la sangre y sus efectos se van reduciendo con el paso del tiempo. Pero lo habitual es eliminar 0,20 gramos/litro por cada hora, así que solo habiendo esperado un mínimo de cinco sería realmente efectivo para superar un control.
Por supuesto que depende de la cantidad que se haya ingerido y del metabolismo de cada persona, pero por regla general esperar solo una o dos horas antes de conducir no suele dar resultado.
El mito de soplar lentamente
Soplando despacio lo que posiblemente consiga el conductor sea acabar con la paciencia del agente que realiza el control. Los aparatos de control precisan de un flujo de aire determinado (cantidad y velocidad) para hacer la medición, así que si se sopla despacio la prueba no servirá, y habrá que repetirla. Llegados a un punto, los agentes pueden sancionarnos directamente por no colaborar en el control.
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