Podría ser perfectamente una historia de película, pero sucedió en la vida real, hace unos días en Estados Unidos. Todo comenzó con el ‘castigo’ de una madre a sus dos hijos, de 10 y 11 años, a quienes le prohibieron el uso de dispositivos electrónicos por usarlos indebidamente.
Dicen que la venganza es dulce, pero seguramente, la madre jamás imaginó al nivel al que llegaría el ‘ajuste de cuentas’ de sus propios hijos.
La osadía de los hermanos
Todo comenzó con el robo de un coche. “El vehículo fue denunciado como robado en North Port, Florida, lo que provocó que los agentes realizaran una parada de tráfico de alto riesgo”, dice la Policía de Florida, Estados Unidos.
A la hora de detener el coche, alrededor de las 3.50, los agentes localizaron un sedán blanco que circulaba por la I-75 en la ciudad de Alachua. La sorpresa fue cuando en el interior del coche, los agentes se encontraron con dos niños: el conductor tenía 10 años, y su hermana, la copiloto, 11.
Para más sorpresas, la familia había denunciado la desaparición de los hermanos en el Departamento de Policía de North Port. ¿Entonces? Quienes habían robado el vehículo eran los hijos de la dueña del coche: se habían llevado el automóvil de su propia madre.
La venganza
La policía detalló que “ambos niños estaban molestos con su madre porque les quitó sus dispositivos electrónicos, lo que se cree hizo porque no los estaban usando adecuadamente. Los niños hablaron tanto con los agentes como con los detectives y esas conversaciones no llevaron a ninguna creencia de que los niños fueran maltratados por sus padres o cualquier otra persona dentro del hogar”, dijeron a través de un comunicado.
Por su parte, la madre de los niños, que debió viajar casi tres horas para encontrar a sus hijos y al automóvil, se negó a presentar cargos penales.
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