Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) están definidos en el Manual Diagnóstico de las Enfermedades Mentales de la American Psychiatric Association. Además de los graves riesgos que comportan para la salud del paciente, pueden suponer también un peligro durante la conducción.
Los dos trastornos de la conducta alimentaria más conocidos son la anorexia y la bulimia. La primera está caracterizada por la restricción voluntaria y autoimpuesta de la ingesta de alimentos. La segunda, alterna episodios de comidas excesivas con otros de culpabilidad, que pueden estar acompañados de vómitos autoinducidos, ejercicio excesivo y ayunos.
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Conducir si se sufre un TCA puede ser peligroso. Estas patologías afectan al estado físico de la persona, limitando y mermando sus capacidades al volante. Si, además, toman medicación como antidepresivos o ansiolíticos, estos pueden tener contraindicaciones incompatibles con la conducción.
Las personas que sufren anorexia y aquellas que se encuentran en episodio de ayuno autoimpuesto provocado por la bulimia, pueden presentar niveles bajos de azúcar en sangre y de presión arterial y desequilibrios hidroelectrolíticos.
Desmayos y pérdida de control del vehículo
La Dirección General de Tráfico (DGT) avisa en su revista que, en estas circunstancias, se pueden sentir mareos, cansancio y sensación de debilidad, todas condiciones que afectan a las funciones físicas y cognitivas durante la conducción. Algunas de las consecuencias pueden ser falta de concentración y de coordinación bimanual visomotora, además de una ralentización el tiempo de reacción y ejecución.
Si el trastorno se encuentra en una fase aguda, es posible que la persona afectada llegue a desmayarse o perder la conciencia al volante. Como consecuencia, se perdería por completo el control del vehículo.
En el caso de la bulimia, la persona puede encontrarse en un episodio de ingesta compulsiva al volante. La DGT avisa de los peligros de comer mientras se conduce y de hacerlo tras una comida copiosa y abundante, cuya principal consecuencia es la somnolencia.
Medicación para los TCA
Los ansiolíticos y los antidepresivos son algunos de los medicamentos prescritos a las personas que sufren un trastorno de la conducta alimentaria. Los efectos secundarios de esta medicación pueden interferir con la conducción.
Si se está bajo tratamiento farmacológico, hay que consultar con el médico las posibles restricciones a la hora de conducir. Las cajas de los medicamentos no compatibles con la conducción lucen un pictograma que avisa del peligro y todas las indicaciones están recogidas en el prospecto.
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Graduada en Periodismo por la Universidad de Zaragoza, su primer contacto con el mundo del motor fue en los mundiales de MotoGP y Superbikes. Dio el salto al periodismo de motor hace cinco años y, desde entonces, sigue todo lo que tenga ruedas, especialmente si es made in Italy.