En la era de la información la privacidad está cada vez más comprometida, hasta niveles que mucha gente ni siquiera llega a sospechar. Por ejemplo, las aplicaciones que lleva un smartphone pueden utilizarse para espiar los hábitos de conducción de una persona, entregárselos a las aseguradoras y que, en función de los datos, pueda subir o bajar el precio del seguro del automóvil.
Así lo recoge The New York Times, que pone de manifiesto que las apps que se utilizan para estos fines no son ni siquiera relacionadas con la conducción, algo que sería más lógico, pues navegadores, avisadores de radar y demás están recibiendo información del GPS y pueden analizar el comportamiento del conductor.
La publicación estadounidense cita aplicaciones que tienen que ver con ámbitos muy distintos. Pone, entre varios ejemplos, el de MyRadar, que se utiliza para ver la previsión meteorológica; GasBuddy, que sirve para ahorrar en combustible; o Life360, que se usa por padres para saber dónde se encuentran sus hijos.
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Sin embargo, dentro de las funcionalidades que ofrecen y que se pueden activar están algunas como sugerir rutas que sean más eficientes en cuanto a consumo, o activar alertas por si alguien tiene un accidente.
Éstas funcionan gracias a la tecnología del GPS o al acelerómetro del smartphone, algo que también recaba información relativa a aceleraciones fuertes que se puedan realizar o frenazos bruscos que se produzcan.
El problema radica en que esos datos son recopilados por la compañía creadora de las apps, Arity, que con el consentimiento de los conductores, que presionan el botón de “aceptar condiciones” sin leérselas, luego utiliza toda la información para ofrecérsela a las aseguradoras.
Éstas, basándose en el comportamiento al volante de cada conductor, establecen una nueva cuota para el seguro de su coche.
Seguros personalizados
The New York Times ha hablado al respecto con Michael Delong, de la Federación de Consumidores de Estados Unidos: “Hay mucha discriminación injusta en los seguros de automóviles. Las compañías de seguros de automóviles utilizan muchos factores socioeconómicos, como su puntaje crediticio, su trabajo o su nivel educativo, si fue a la escuela secundaria o a la universidad o si está casado. La telemática es muy prometedora para los consumidores y podría ser una forma de mejorar el precio del seguro de automóvil”.
Sin embargo, a los consumidores esa idea no les convence porque la encuentran extremadamente invasiva en su privacidad.
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