Aunque parar en la gasolinera no siempre vaya bien, este paso es imprescindible cuando el depósito del coche empiece a vaciarse. No es aconsejable apurar la nunca la reserva de un vehículo, ya que además de una multa de tráfico puede acarrear problemas mecánicos.
Primero, porque al exprimir al máximo la reserva del depósito se hace sufrir la bomba de combustible, la encargada de transportar la gasolina o el diésel desde el depósito a través de un conducto hasta el sistema de inyección que alimenta el motor.
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Además, esta misma bomba dispone de un filtro que retiene las impurezas, que se sedimentan en el fondo. Cuando el nivel de combustible está muy bajo, su concentración aumenta y pueden llegar a obstruir el filtro.
Estas impurezas pueden causar otras averías que no son fáciles de solucionar y que empeoran en los coches diésel. Lo recomendado es no bajar nunca del 20% de la capacidad del depósito de gasolina, es decir, no esperar a que se encienda la reserva.
Llegar a quedarse sin combustible durante un viaje, además, puede agravar la situación y provocar averías mecánicas. Por ejemplo, la misma bomba de combustible puede llegar a estropearse del todo, teniendo que sustituirla. Lo mismo le podría suceder al catalizador.
Además, en el caso de los coches con motor de gasolina, el desgaste que puede llegar a sufrir el motor al quedarse sin combustible es mucho mayor, llegando incluso a entrar aire en los conductos.
Multas por quedarse sin gasolina
La sanción que prevé el reglamento no hace mención, específicamente, al hecho de quedarse sin combustible. ¿Qué multas se pueden recibir, entonces? Pues las que sean consecuencia de haberse quedado sin gasolina.
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Por ejemplo, el artículo 90 dice que “la parada o el estacionamiento de un vehículo en vías interurbanas deberá efectuarse siempre fuera de la calzada, en el lado derecho de ésta y dejando libre la parte transitable del arcén”. Si el coche se queda parado en medio de la carretera al quedarse sin gasolina, la multa será de 200 euros.
Igualmente, en el artículo 3 del código, el automovilista se arriesga a recibir un castigo por conducción negligente: “Se deberá conducir con la diligencia y precaución necesarias para evitar todo daño, propio o ajeno, cuidando de no poner en peligro, tanto al mismo conductor como a los demás ocupantes del vehículo y al resto de los usuarios de la vía”. Agotar el depósito es ya de por sí una negligencia. La sanción también es de 200 euros.
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