Acudir a una gasolinera a repostar un vehículo es una práctica común que todo aquel que tenga un coche de combustión tiene que llevar a cabo de manera regular. Es una tarea mecánica: se saca la manguera, se coloca en el depósito y se aprieta hasta que se llena. Sin embargo, ¿cómo funciona un surtidor de gasolina?
Cuando el usuario aprieta el gatillo de la manguera, la unidad de control electrónica activa la bomba que hay en el tanque subterráneo de combustible. Ésta puede ser de distintos tipos, pero su función siempre es la misma: succionar la gasolina o el gasóleo y llevarlos hasta la manguera.
En ella, un medidor de flujo mide la cantidad de combustible que se está dispensando, subiendo en paralelo la cantidad de dinero que hay que pagar. El elemento más interesante se encuentra en la boquilla de la manguera, pues cuenta con un mecanismo que tiene un pequeño orificio. Éste permite que entre el aire, pero, si se cubre, algo que ocurre cuando el nivel de combustible es alto en el depósito, contrae una membrana y cierra el surtidor.
Es lo que se llama el efecto Venturi y es el sistema que hace que, con la manguera dentro del depósito, sea imposible rebasar su capacidad y que el combustible se derrame.
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