Cuando el calor aprieta en verano nos agobiamos tanto que somos capaces de meter el coche casi hasta la orilla del mar o del río para refrescarnos cuanto antes. Evidentemente esto es una práctica irrespetuosa con el medio ambiente y que, además, nos puede dar más de un susto si por ejemplo el coche se queda atascado en la arena. Si ese es el caso, aquí van algunos consejos para intentar salir de paso.
ATASCADO EN LA ARENA
Lo primero que debemos hacer es dejar de dar acelerones para intentar sacar el coche o las ruedas se enterrarán aún más. Un buen truco es excavar la arena en las ruedas motrices (normalmente las delanteras) e intentar llegar a una zona plana para conseguir tracción. Si no es posible, intentaremos poner bajo las ruedas ramas largas o incluso las alfombrillas del coche, que si son de caucho y gruesas nos ayudarán mejor. Aunque hayamos oído que funciona, evitaremos usar la toalla para esto, ya que, aunque es posible que lo consigamos, también es posible que se enrede con el eje delantero y tengamos otro problema añadido, además de perder nuestra toalla favorita.
Si tenemos la opción de control automático de tracción y estabilidad (ESP) habrá que desactivarla. Después tendremos que utilizar con suavidad el embrague y el acelerador, además de mover las ruedas de un lado a otro para buscar tracción. Si al final conseguimos mover el coche, hay que intentar no pararse hasta salir de la arena o volveremos a atascarnos. Debemos usar velocidades cortas, pero acelerando bastante.
Como siempre, la mejor opción es utilizar el sentido común en estos lugares y aunque veamos otros coches aparcados en la arena tenemos que valorar si nuestro coche o nuestra pericia pueden hacerlo también.
TORMENTA DE VERANO
Otra situación en la que solemos meter la pata en la época estival es cuando dejamos el coche en el cauce seco de un río o torrente (muy típico de la zona de levante) cuando de repente llega una de esas tormentas de verano que descargan de lo lindo y el vehículo se ve envuelto en medio de una riada.
Ante un problema como este pueden pasar dos cosas:
– Que la riada ocurra con nosotros dentro del vehículo: con lo cual deberemos intentar salir del coche cuanto antes por si este se ve arrastrado por el agua. Lo haremos por la ventanilla si no se puede abrir la puerta y siempre en la misma dirección de la corriente.
– Que nos encontremos el coche inundado: en este caso evitaremos usarlo hasta que el agua desaparezca o acuda una grúa a sacarlo. Si por otra parte el coche solo se ha quedado hundido en una gruesa capa de barro, al igual que con la arena, intentaremos quitar todo el barro que podamos y también calzar las ruedas motrices con palos o piedras. Al moverlo hay que hacerlo despacio evitando acelerones y pisar demasiado el freno para que el coche no patine sobre el lodo.
VADEAR RÍOS
Es posible que en la búsqueda de un lugar para bañarnos fuera del bullicio queramos adentrarnos en alguna senda y para ello haya que cruzar sin más remedio un arroyo o un riachuelo. Lo primero es comprobar cómo es de profundo, si en el suelo hay piedras o fango que nos puede atascar y si el agua supera la altura del eje de las ruedas o llega hasta la toma de admisión de aire del motor. Si después de todo esto decidimos vadear, tenemos que procurar hacerlo de un tirón, sin parar, pero tampoco a mayor velocidad que la ola que levantamos, ya que puede hacer que el agua suba hasta la entrada de aire y pare el motor. Esta aceleración continua también hace que el tubo de escape no se inunde. Después habrá que dejar el motor en marcha un rato para ayudar a secar mejor todos los cables y piezas metálicas que se hayan mojado en nuestra pequeña nueva «aventura».
UNA PIEDRA EN EL CAMINO
Si seguimos haciendo el 4×4 con nuestro utilitario es posible que en algún camino o pista forestal nos topemos con una piedra puntiaguda que nos haga un agujero en el cárter. Esto producirá que el aceite que engrasa el motor se salga, con lo cual no podremos seguir circulando porque terminaría gripando.
Esta avería normalmente es de las importantes y lo mejor es apartar el coche de la vía, llamar a la grúa e intentar explicarle al operario dónde te has metido (que esa es otra). Pero si el arañazo o agujero no es muy grande igual podemos solucionarlo con esta recomendación que hemos encontrado en internet. Lo malo es que tendríamos que llevar pegamento súper rápido que tenga en su composición cianocrilato y bicarbonato sódico u bien sal. El pegamento, al mezclarlo con bicarbonato o sal, produce una reacción química que aumenta el efecto del pegamento de forma inmediata y es capaz de unir fuertemente hasta metales. Para que funcione bien necesitaríamos tener algún trozo de metal que haga de parche y limpiar lo máximo posible la zona de grasa. En este vídeo podemos ver la enorme resistencia que tiene esta mezcla. Debemos advertir que no lo hemos probado, por lo que solo nos fiamos de la experiencia de otros.
EL CALENTÓN
En esta época dejar el coche a pleno sol es una temeridad. Primero para ti, porque cuando vuelvas vas a sentir lo que es el infierno en tus propias carnes y segundo para tu motor, que seguramente está tan caliente que si le exigimos mucho más se recalentará notoriamente hasta llegar a estropearse. Vigilar la temperatura del motor es una tarea propia del verano. El indicador, que suele estar al lado del de combustible, debería estar en frío en la posición más baja, pero a los 5 o 10 minutos de circular esta debería alcanzar la temperatura óptima, unos 90 grados. Lo malo es que la aguja alcance la zona roja del indicador, en cuyo caso una buena solución es poner la calefacción del coche al máximo posible, ya que así liberamos calor del motor rápidamente e igual solventamos algo el problema.
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