Aquel propietario de un Seat Ibiza que ahora mismo está estacionando su coche en un centro comercial es el que más probabilidades tiene de volver a por el vehículo y no encontrarlo. Con el 39% de las sustracciones, el turismo español fue el primero de los coches más robados en 2016 según los datos de la compañía Techco Security, por delante del Ford Fiesta (13%) y el Volkswagen Golf (13%).
Pero las cifras son engañosas, en realidad. O no exactamente ciertas. Otras compañías ofrecen sus propias clasificaciones de los modelos más sustraídos en España. Rastreator, por ejemplo, tiene su particular lista encabezada por el Golf, por delante del BMW Serie 3, el Seat León y otra vez el Ibiza.
Todo depende de quién proporcione los datos, ya que estos ránquines tienen su origen no en el parque automovilístico español, sino en bases de datos de clientes. En el que publicó hace poco más de un mes la compañía de seguros Línea Directa, las primeras posiciones son estas: León, Golf, BMW Serie 3, Ibiza, Volkswagen Passat y Renault Mégane.
En España se roban 155.000 vehículos al año, según datos de la empresa Detector. Unos 425 al día, 17 a la hora, uno robo cada tres minutos y medio. Las estimaciones de la Asociación Empresarial del Seguro (Unespa) no son muy diferentes: en 2015 (último año con datos consolidados) se produjeron 154.152 siniestros por robo, aunque la cifra no hace distinción entre los casos en los que desaparece el coche entero y aquellos en los que se roba algún objeto o accesorio del coche.
Por eso las cifras del Ministerio del Interior son muy diferentes: en 2015, en España fueron sustraídos 33.000 turismos. En todo caso, algo sí que está claro: los coches de gama media prevalecen sobre los demás. ¿Cuál es la razón? Aparte de una cuestión estadística (existen más cantidad de vehículos de este tipo), los vehículos de este tipo son más fáciles de colocar en el mercado negro.
«Hay más modelos de ese segmento y, además, tienen una salida más sencilla. Si el Seat Ibiza se roba mucho es porque se vende muy fácilmente por piezas. Entras el Google y te llevas una sorpresa al ver todo lo que se ofrece. Puedes comprar una pieza por Internet y perfectamente puede haber sido robada», explica el inspector de Policía José Manuel Orge, jefe del Grupo de Tráfico Ilícito de Vehículos.
«Este tipo de coches cuentan con menos sistemas de seguridad y son más fáciles de sustraer», añade el coordinador general del Centro de Operaciones Remotas de Techco Security, Rafael Ruiz.
Respecto a las esperanzas de ver otra vez los coches robados, en Techco Security aseguran que el tiempo medio de recuperación de los vehículos sustraídos es de 5 horas y 28 minutos, pero el dato se limita únicamente a los clientes de esta empresa que desarrolla soluciones electrónicas de seguridad.
No todos los coches disponen de ayuda tecnológica antirrobo ni esta, además, resulta siempre eficaz. Cada vez es más habitual el uso de inhibidores de la señal GPS/GSM, lo cual dificulta la recuperación. Los datos de las aseguradores no son demasiado alentadores: solo vuelven a manos de sus propietarios alrededor del 40% de los coches robados.
José Manuel Orge da por bueno el porcentaje. De los 33.000 vehículos sustraídos, en 2015 se recuperaron unos 13.000. No obstante, hay un matiz que oscurece la cifra: muchos de ellos reaparecen completos, pero despiezados.
«Cuando se produce un robo, la compañía de seguros te indemniza 30 días después [siempre que el cliente tenga esa cobertura contratada]; si luego se localiza el coche, el propietario puede recuperarlo o quedarse con el dinero, lo que prefiera. Pero, cuando aparece por piezas, ¿para que le sirven una puerta o un retrovisor sueltos? Policialmente se considera recuperado, aunque sea inservible».
LA ESCENA DEL CRIMEN
La inmensa mayoría de las sustracciones tiene lugar en las grandes ciudades, casi siempre en la calle, en los aparcamientos públicos y en los centros comerciales (hasta el 90% de los robos, aproximadamente), muy por delante de las gasolineras (los conductores olvidan la llave puesta) o de los garajes particulares.
Y el robo de vehículos no sale barato, ni a las aseguradoras ni a los conductores. Unespa calcula unas pérdidas anuales de unos 110 millones de euros, lo que revierte a su vez en el precio de las pólizas de seguros. Según Línea Directa, los conductores pagan unos 19 euros adicionales al año por culpa de las sustracciones.
Desde la Península, el destino de los coches robados gira en torno a tres principalmente fines: venderlos en otros países, usarlos en atracos o en alunizajes o desmontarlos para revender las piezas. «Para seguir la pista a un vehículo robado, hay que saber de cuál se trata para intuir el uso que se le va a dar. Según qué modelo sea, se vende falsificado o por piezas. Por ejemplo, estamos recuperando muchos modelos Renault y Dacia en el norte de África», señala Orge.
El destino varía en función del tipo y modelo de automóvil, aunque generalmente los sustraídos en España suelen acabar en Europa del Este y en el Magreb. «Los coches de alta gama, como el Toyota Land Cruiser o el Range Rover, también suelen aparecer enteros porque se roban para falsificarlos», añade Orge.
En un informe de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), un agente de la Jefatura Superior de Policía de Madrid relata que las bandas dedicadas al robo son muy eficaces. No se trata de ladrones solitarios o casuales, sino de organizaciones muy bien estructuradas, aunque no necesariamente numerosas.
“Son redes organizadas que trafican con coches robados y que también surten a otros grupos criminales: les venden coches para transportar droga, para asaltar casas…”, detalla este policía. Y son rápidas: “Vemos casos de coches robados en Madrid que en dos días están en Rumanía”. Esto, sin embargo, es la excepción: “Lo que estamos viendo es que solo una cuarta parte se saca para venderlo fuera. Me refiero al vehículo entero y no a las piezas. La mayoría, por lo tanto, se queda en España”.
El código de la llave
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