Los vehículos de dos ruedas (motocicletas y ciclomotores) representan el 15% del parque circulante en España. Sin embargo, los 397 motoristas que perdieron la vida en el territorio nacional durante el pasado año representan un 22% del total de las víctimas de tráfico, una realidad que la Dirección General de Tráfico (DGT) constata con un dato demoledor: el riesgo de fallecer en un accidente de moto es 17 veces mayor que en un automóvil.
Al amparo de esta realidad, la Asociación Nacional de Empresas del Sector de las Dos Ruedas (ANESDOR) y la Fundación Pons para la Seguridad Vial han presentado un paquete de diez medidas que deberían ser tenidas en cuentas por los organismos públicos y privados competentes para reducir estas cifras. La propia Organización de las Naciones Unidas (ONU) cataloga a los motoristas como usuarios vulnerables, una condición básica en el momento de desarrollar nuevas políticas que garanticen un avance significativo en la materia.
La motocicleta puede y debe jugar un papel fundamental en la estrategia de movilidad de las grandes ciudades, por lo que velar por la seguridad de sus usuarios se antoja como un desafío primordial ante un presumible incremento del número de vehículos circulando por las calles y carreteras de todo el país. Un esfuerzo que se resume en estas diez medidas perfectamente definidas y concretas para su aplicación inmediata:
1. Los organismos responsables de la seguridad vial deben dedicar a la motocicleta una atención y recursos proporcionales a la representatividad de sus víctimas de tráfico.
2. En 2018 se cumplirán diez años de la aprobación del Plan Estratégico de Seguridad Vial para motos, momento idóneo para su revisión y actualización. Además, se recomienda incluir un modelo de seguridad vial urbana para su aplicación en el ámbito municipal.
3. Desarrollar una Ley de Usuarios Vulnerables que permita incrementar la atención sobre los mismos y realizar un seguimiento especial que responda a sus problemas y necesidades.
4. Promocionar la implementación de ‘Zonas 30’ de velocidad limitada, que se han revelado como una solución efectiva para mejorar la seguridad de los motoristas y la gravedad de sus lesiones en caso de accidente.
5. Incrementar y ordenar las zonas de estacionamiento en las vías públicas destinadas a los vehículos de dos ruedas, con criterios objetivos que garanticen una proporción de superficie disponible equivalente a la cuota del parque de los mismos.
6. Revisión integral de la formación de los motoristas, que favorezca un proceso continuo en base a estos criterios: introducción de la seguridad vial en el ciclo escolar, revisión del sistema de permisos con tendencia a un acceso progresivo y fomento de la formación avanzada una vez obtenido el carnet.
7. Incremento de las campañas divulgativas sobre los riesgos especiales que sufren los motoristas por las malas prácticas de conductores de otro tipo de vehículos. Resulta imprescindible reforzar el mensaje de convivencia entre los diferentes usuarios y la mayor vulnerabilidad de algunos de ellos.
8. Se debería de acreditar, mediante un certificado específico, el rigor y calidad de los centros de formación. En la misma línea es necesario incentivar al usuario para que realice esta formación en las mejores condiciones, tanto en el ámbito público (más puntos en el carnet) como privado (descuentos en productos, promociones, seguros…).
9. En el terreno de los conductores profesionales, la seguridad vial de la moto debe estar incluida en los planes de prevención de los riesgos laborales. Una medida que incluye igualmente la formación permanente de los trabajadores de reparto en moto a través de la Fundación Estatal para la Formación de Empleo (FUNDAE).
10. Se hace necesario establecer un debate con las asociaciones de motoristas para valorar la posible obligatoriedad del uso de guantes en carretera. Además, se debe amplificar el mensaje sobre la trascendencia de utilizar un buen equipamiento para minimizar las lesiones en caso de accidente.
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Una vida sobre ruedas. De piloto (malo) de motocross a periodista deportivo en Diario AS, incluyendo una década en los grandes premios de MotoGP. Apasionado de los coches y las motos, en más de 30 años ha tenido el privilegio de probar unos cuantos cientos de unos y de otras. Ahora, subdirector en Prisa Motor.