En el metro, en un centro comercial o incluso en el portal de cualquier casa es común ver bicicletas plegables, de tamaño contenido y peso ligero, fácilmente transportables y que se pueden guardar en cualquier sitio. Ahora, una compañía ha trasladado ese concepto al mundo de las motos eléctricas y presenta la Colibrí M22.
A primera vista, llama la atención por su diseño minimalista y de formas cuadradas, imprescindible para que pueda doblarse sobre sí misma. La operación es realmente fácil de hacer: primero se debe plegar el asiento hacia arriba, para que quede sobre el depósito. Después, ha que hacer lo propio con el eje trasero, hasta el punto de que las ruedas quedan casi pegadas la una a la otra.
El resultado es que, plegada, solo mide 90 centímetros de largo y 130 centímetros de alto, por lo que cabe fácilmente en un ascensor. Eso sí, para doblarla es necesario haber sacado las baterías previamente; sin ellas, solo pesa 30 kilos. Con todo equipado, la cifra sube hasta los 79 kilos.
La compañía ofrece un sistema de baterías modular, que permite instalar hasta tres. Con el trío acoplado, la autonomía que ofrece es de 200 kilómetros, alrededor de 70 por módulo. Estos, además, pueden recargarse de manera independiente.
Una moto plegable a 90 km/h
Las baterías alimentan un pequeño motor de 6.000 vatios, que desarrolla una potencia de 3 kW (4 CV) y un par máximo de 18 Nm. Puede no parecer mucho, pero sirve para permitirle alcanzar hasta 90 km/h.
Esta velocidad máxima la ofrece en el modo Off-Road, que exprime el sistema al máximo, pero también hay otros dos de menor rendimiento y más eficientes: Eco (hasta 32 km/h) y Dynamic (hasta 50 km/h).
La Colibrí M22 ha sido creada mediante un proyecto de mecenazgo, y todavía se admiten nuevos pedidos con su precio original, que es de 2.799 dólares (unos 2.650 euros, al cambio actual).
Es un modelo homologado tanto para Estados Unidos como para Europa, y en España exigirá al menos el carné A1. Su producción comenzará en mayo y se espera que las primeras entregas tengan lugar en agosto.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.