Ducati Panigale V4, la moto de Jorge Lorenzo para la calle

Deportiva y exclusiva, hereda la experiencia de la marca italiana en la competición.

Ducati Panigale V4
El potencial de la Panigale es altísimo en cualquier circunstancia.

Los chasis multitubulares, la distribución desmodrómica, los motores bicilíndricos en V… señas de identidad de las deportivas de Ducati. La eficacia es el principal objetivo de la nueva Panigale V4 y los ingenieros italianos se han dado cuenta que hoy por hoy dos cilindros no son suficientes para construir la mejor deportiva del momento.

Hay tres versiones disponibles de la Panigale V4. La de acceso, la estándar, con suspensiones Showa, parte de un precio más que razonable, 25.190 euros; a continuación aparece la S, con suspensiones Öhlins electrónicas de última generación que suben la factura a 30.490 euros; y para los más exquisitos Ducati propone la Speciale, que como su apellido indica monta un buen número de piezas exclusivas. Tiene muchas partes de la carrocería fabricadas en ligerísima y cara fibra de carbono, un escape completo Akrapovic de titanio, llantas forjadas de aluminio y la tija superior mecanizada y con el número de serie grabado, su motor llega a los 226 CV (gracias al escape) y el precio alcanza los 45.000 euros.

Tecnología de grandes premios

La Panigale es una moto absolutamente nueva de arriba a abajo y hay que reconocer que su motor es su principal singularidad. Lo denominan Desmosedici Stradale, se trata de un cuatro cilindros en V a 90º que utiliza su afamada distribución desmodrómica, un concepto muy arraigado en Ducati, en el que el árbol de levas abre las válvulas y un dispositivo con otra leva las cierra con enorme precisión. Este sistema, con respecto a los tradicionales de muelles utilizados para cerrar las válvulas, permite elevados regímenes de giro sin el peligro de que se queden flotando con el riesgo de chocar con el pistón y sus desastrosas consecuencias.

Además, al no tener que vencer la fuerza de oposición del muelle evita pérdidas de potencia y resulta un propulsor más eficiente aprovechando mejor la fuerza de la combustión. Este sistema siempre lo han utilizado en sus motos de carreras y por supuesto en MotoGP. El diseño del motor de la nueva Panigale V4, en líneas generales, es muy similar al de la moto de carreras de Jorge Lorenzo y Andrea Dovicioso.

Su cilindrada es de 1.103cc y el diámetro del pistón coincide en medida con el de la moto de MotoGP, que es el máximo permitido por el reglamento (81 mm), con la carrera un poco más larga: ha crecido de 48,5 mm en la MotoGP a 53,5 mm, de ahí el incremento de cilindrada. También está previsto hacer una serie de unidades de 1.000cc con las mismas medidas internas de MotoGP para poder participar en el Mundial de Superbikes a partir de 2019.

La potencia que desarrolla es de 214 CV a 13.000 rpm con un par de 123,6 Nm a 10.000, esto con el escape de serie provisto de catalizador y cumpliendo la Euro4. Como se ha mencionado con anterioridad, hay disponible, solo para uso en circuito, un escape completo Akrapovic construido íntegramente en titanio, que eleva su potencia hasta 226 CV. Entre sus muchas peculiaridades exquisitas aparece el cigüeñal contrarrotante, que gira en sentido contrario a las ruedas para neutralizar inercias y ganar manejabilidad en los cambios de dirección, como en la MotoGP.

 

Ducati Panigale V4

La nueva Panigale V4, al desnudo. / Ducati

Igualmente ha heredado de las carreras el calado de las muñequillas del cigüeñal, desfasadas 70º, y el orden de encendido que hace que cada pareja de cilindros trabaje a 90º, pero se completan 200º de giro entre la explosión del segundo cilindro y el tercero. Esto provoca que las explosiones se encuentren agrupadas, consiguiendo que el motor responda mejor desde medio régimen y conserva mejor el neumático trasero. La lubricación (con los aceites Shell que se usan en el equipo de carreras) es por carter semiseco y el sistema de inyección cuenta con trompetas de admisión de longitud variable para ampliar el rango de utilización de la curva de potencia.

Un capítulo aparte merece su electrónica de última generación, que en algunos aspectos se encuentra por encima de la moto de grandes premios, como su intervención en el ABS en curva (prohibido en los la competición).

Dimensionalmente la moto es pequeña, 1.469 mm de distancia entre ejes, y el chasis se ha reducido a la mínima expresión. Lo forma un monocasco superior delantero con la pipa de la dirección y una estructura ligerísima que soporta el asiento y el colín trasero, ambos atornillados directamente al propio al motor, que es el elemento de unión estructural.

Parece muy simple a primera vista, pero en realidad lleva mucho estudio y trabajo conseguir el compromiso óptimo entre rigidez y flexibilidad torsional. El objetivo es que, además de la solidez necesaria para transmitir precisión en las trayectorias y aplomo a alta velocidad, sea capaz de ofrecer las mejores sensaciones al piloto e informar de lo que pasa en las ruedas en los momentos de máxima inclinación.

Herencia de competición

Para una prueba de este estilo solo hay un escenario posible, un circuito permanente del Mundial de MotoGP, y el Ricardo Tormo, de Cheste (Valencia), fue el escenario elegido por Ducati para la presentación internacional a la prensa de esta máquina tan exclusiva.

Alessandro Valia, piloto probador de la marca, se encargó de asesorar a los probadores sobre la puesta a punto e infinitas posibilidades de reglaje que tiene la Panigale. Alessandro había rodado con la unidad del escape Akrapovic y neumáticos Pirelli lisos en un tiempo de 1.36.08, un registro realmente rápido para ser una moto de calle.

Explicó los sistemas de ayudas a la conducción, su forma de actuar y dónde dejarían notar más su actuación en el trazado valenciano. Básicamente se dispone de tres modos de gestión de motor (Street, Sport y Race), que tienen distinta configuración de entrega de potencia y actúa en los reglajes electrónicos ayudado por la plataforma inercial IMU que informa de la posición de la moto en cada instante.

Ducati Panigale V4

La Panigale, en acción en el circuito de Cheste. / Ducati

 

De este modo, puede anticipar y corregir un exceso de deslizamiento lateral, actuar sobre el control de tracción, el sistema anticaballitos, el reglaje de las suspensiones electrónicas, el ABS, la rapidez del cambio semiautomático o la acción del freno motor. En la pantalla de TFT de la instrumentación todo se indica claramente y la manera de navegar por los diferentes menús para modificar los reglajes es relativamente sencilla e intuitiva y algunos de ellos, como el nivel de actuación del control de tracción, se pueden variar en marcha.

Se completaron cuatro tandas en pista con la versión S de calle con los nuevos neumáticos Pirelli Diablo Supercorsa, de altísimo nivel, pero no son los lisos de carreras SC2, SC1 y SC0, con los que también hubo oportunidad de hacer una tanda con la moto que equipaba el escape Akrapovic. La S viene de serie con suspensiones Öhlins, horquilla invertida NIX30, amortiguador TTX36 gestionados por el nuevo sistema de regulación electrónico Öhlins Smart EC2.0.

Ducati había trabajado con su piloto probador en el circuito de Cheste y la puesta a punto era perfecta para esta pista. No obstante, al realizar algunas pequeñas variaciones se comprueba que efectivamente es una moto sensible a los reglajes.

Se trata de una auténtica máquina de carreras, que exige una conducción al ataque, con la pipa de la dirección cerca del suelo como en los chasis de competición para transmitir sensaciones y confianza al piloto cuando se encuentra en plena inclinada. Permite ir al límite tanto como realizar correcciones e improvisar. Las suspensiones se adaptan de forma semiactiva dependiendo del modo de conducción que se elija y el resto de componentes electrónicos trabajan en beneficio del pilotaje.

Los frenos son otro apartado que también hay que destacar. Monta en exclusiva las nuevas pinzas Brembo Stylema de cuatro pistones y anclaje radial, son más ligeras, más resistentes al agotamiento y cuentan con más potencia de frenada. El sistema ABS con función de inclinación permite derrapar algo con el freno trasero pero cuando detecta cualquier exceso entra en acción y pone las cosas en su sitio.

Una moto muy especial

Borgo Panigale es un barrio de la ciudad de Bolonia, donde está situada la fábrica Ducati y da nombre a este modelo. Y hace honor a su denominación, ya que la Panigale V4 es la mejor deportiva de calle que ha salido de la factoría italiana. Además de su tremenda eficacia y sus apabullantes cifras, 214 CV de potencia para 195 kg de peso, es fácil de pilotar gracias a su moderna tecnología, lo que no quiere decir que sea sencillo sacar el cien por cien de su potencial.

Para conseguir exprimirla hay que dar muchas vueltas a un circuito, pasar horas encima de la moto, trabajar y probar todas las combinaciones que ofrece su puesta a punto hasta encontrar la que mejor se adapte a la pista y al piloto. Y también, por supuesto, es necesaria una buena dosis de talento por parte de quien la maneja.

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