Un joven indio transforma en su casa una moto de gasolina en una eléctrica

Este joven ingeniero ha conseguido transformar una vieja Honda en una motocicleta eléctrica solo en tres días.

moto transformada eléctrica

Este joven indio ha transformado una moto vieja en eléctrica por apenas 1.500 euros.

Las motocicletas presentan varias ventajas frente a los coches. Permiten una conducción más ágil, tienen consumos más reducidos y son más fáciles de aparcar.

De todas formas, a no ser que se disponga de una motocicleta eléctrica, es necesario parar a repostar y sufrir como cualquier otro conductor las fluctuaciones del precio de los combustibles.

Sin embargo, además de buscar gasolineras baratas, siempre se puede transformar la propia moto en una motocicleta eléctrica. La tarea, que ni siquiera a simple vista parece fácil, ha sido completada en tres días por el joven indio Kasam Akhil Reddy.  

De gasolina a eléctrica en tres días

Este chico, ingeniero en automoción, transformó la vieja moto Honda Hero de su padre para que pudiera funcionar en modo totalmente eléctrico. Más allá de no tener que pagar más gasolina, lo interesante es que Kasam solo necesitó tres días para cambiar totalmente el motor de la moto.  

El precio de esta transformación, tal y como indica el portal indio News18, ha sido de 1.500 euros. Kasam extrajo el motor de combustión de la Honda de su padre y le instaló uno eléctrico de 4,8 kW. La autonomía de este propulsor es de unos 180 kilómetros y se carga en cinco horas. Unas prestaciones similares a las motocicletas a la venta en España. 

Y, al más puro estilo de cualquier fabricante de motocicletas, Kasam ha instalado también en esta vieja Honda un controlador, un convertidor y un sistema que mantiene la moto equilibrada incluso cuando alcanza su velocidad máxima, es decir, 70 km/h. 

Durante las comprobaciones de funcionamiento, este joven indio tuvo en cuenta las altas temperaturas de la India. Para ver si el nuevo motor podía llegar a explotar, dejó la moto varios días a pleno sol para observar las consecuencias. Por el momento, la moto transformada es segura.

Es cierto que, por fuera, la moto no es lo que se dice bonita. Pero, sin duda, es funcional y cumple con su objetivo: poder ir de un punto A a un punto B sin tener que pagar gasolina.  

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Andrea Gil

Graduada en Periodismo por la Universidad de Zaragoza, su primer contacto con el mundo del motor fue en los mundiales de MotoGP y Superbikes. Dio el salto al periodismo de motor hace cinco años y, desde entonces, sigue todo lo que tenga ruedas, especialmente si es made in Italy.

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